La columna de Aldo Schiappacasse: Bianchi, un barco al norte y un himno nacionalista irlandés
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Por Aldo Schiappacasse, @AldoRomuloS
Vicente Bianchi musicalizó la historia de Chile. En el colegio, hace muchos años, los profesores de música nos enseñaban a entonar las canciones de los héroes de la patria, con letra de Pablo Neruda y música del maestro, que parecía la mejor manera de comprender la estatura y las singularidades de O’Higgins, Carrera y Manuel Rodríguez.
Bianchi, a quien entrevisté un par de veces y que provocó una de mis rabietas televisivas por la contumaz negativa de entregarle el premio nacional de música, no compuso, como se asegura, el himno de la Universidad de Chile. Lo que hizo fue rescatarlo, a mediados de la década de los 50, y para un clásico universitario, orquestándolo maravillosamente y convocando a Jaime Aranda Farías como solista de "El romántico viajero".
La letra de ese himno fue compuesta en 1933, y la leyenda cuenta que fue un grupo de estudiantes de arquitectura, a bordo de un barco que iba rumbo al norte y encabezados por Julio Cordero, quien la inscribió a su nombre. Fue esa la inspiración y la vinculación con los viajes, el horizonte y el azul del mar lo que hicieron inmortal la melodía.
Bianchi tiene una vinculación mayor con el himno de la UC, que, en rigor, es una adaptación de una canción rebelde irlandesa, "Tramp!, Tramp!, Tramp! The boys are marching", y sugerida por Germán Becker, Alberto Buccicardi y Pedro Fornazzari antes de un clásico de la década del 40. Paradójicamente era una canción rebelde, libertaria y que durante varios años fue el himno de los nacionalistas irlandeses. La letra para la UC fue creada por Charles Brown Shirer (Charlie Brown!), que había sido jugador y luego cronista de la Revista Estadio. Y allí sí está la mano de Bianchi en la orquestación adaptada.
El maestro, fallecido hoy, musicalizó también la historia del fútbol universitario. Aunque claro, como todo el mundo sabía, él era de Colo Colo.