La columna de Pato Muñoz: Malos recuerdos, malas sensaciones

No hay caso. Vivimos condicionados por nuestros peores recuerdos y nos cuesta ser racionales ante experiencias que nos remontan a eventos traumáticos. Pasa en la vida, pasa en el fútbol.

Las últimas 48 horas de la selección chilena han sido de total relajo y libertad. El entrenador, Juan Antonio Pizzi, decidió que tras la práctica matinal de ayer miércoles, los jugadores pudieran salir de sus habitaciones con tarde libre. Hoy por la mañana, la escena se repitió. Entre los que se dejaron ver, el capitán Claudio Bravo y Fabián Orellana dieron una caminata por las hermosas calles del centro de Boston.

Todo normal en un equipo ya maduro y que por estos días se porta bien. No importa que las viudas del DT anterior pongan el grito en el cielo, diciendo que esto con "don Sampa" no pasaba. Que como no va a haber un video del rival que revisar, alguna charla técnica que sostener, ya sea grupal o individualmente. Parece no haber tarea, aunque vengan de tres derrotas consecutivas (Jamaica, México, Argentina).

Gonzalo Jara, un futbolista de larga experiencia en selecciones nacionales, decía acá en Estados Unidos en una entrevista que concedió al periodista César Campos de Las Ultimas Noticias, que los jugadores maduros saben usar estas libertades. Y en una edad ya adulta no sólo las merecen, sino que las necesitan.

Son todos argumentos válidos, atendibles, razonables. Pero, ¿por qué entonces persiste la duda? Supongo que porque este sistema ya falló y terminó de la peor forma en el ciclo Borghi, para no ir más lejos. Disciplinaria y futbolísticamente. 

Habrá diversas opiniones, pero quiero anticipar que el resultado será determinante. Si Chile gana, no pasará de ser un detalle. Pero si el equipo no se impone, los dardos apuntarán a Pizzi. Y su continuidad se jugará en los próximos dos partidos clasificatorios.

Dato al margen, a 36 horas del partido, los jugadores no saben cómo alinearán ante Bolivia, porque el DT no ha parado una oncena titular en las prácticas. Pero de eso, hablaremos en otra columna.