La columna de Pelotazo: De la farra a la ilusión
Si Chile no pierde en Montevideo, asegurará el segundo lugar de las clasificatorias.
¿Pero cómo lograr tamaña tarea si la Roja lo único que ha rescatado del Centenario es un empate en siete duelos?
Si Chile no pierde en Montevideo, asegurará el segundo lugar de las clasificatorias.
¿Pero cómo lograr tamaña tarea si la Roja lo único que ha rescatado del Centenario es un empate en siete duelos?
En las clasificatorias sudamericanas Chile estaba remando contra la corriente. Porque mientras todos hablaban que estábamos viviendo un camino a Rusia 2018 bastante reñido, la Roja se encargó de ganar con propiedad a Brasil y Perú.
Ante ello, un mes después, en la siguiente fecha doble, comenzamos a entender el mensaje. Es que en el papel una Colombia sin Radamel Falcao, sin Juan Cuadrado, con David Ospina atajando sólo un partido en el último mes y medio, con James Rodríguez volviendo de una lesión y jugando de local, era la chance para encadenar tres triunfos al hilo. Pero no, no fue así.
Es que la ausencia de Marcelo Díaz fue fundamental. Chile sin él en la era Sampaoli no ganó ningún partido por los puntos. Parece un comentario sólo cabalero, pero sin el volante de Hamburgo se retrasó a Arturo Vidal y por ende se perdió fútbol de ataque.
No me olvido de Charles Aránguiz, otro émbolo del mediocampo rojo. Y si a eso sumamos que Jorge Valdivia no se vio, que Alexis Sánchez se vio agotado en el segundo tiempo y que Eduardo Vargas no estaba a un cien por ciento, nivelamos la balanza para que Colombia rasguñara un punto.
De todos modos el partido ante los cafeteros fue una farra. En la previa al duelo, ganarle a Colombia parecía lógico. Terminado el primer tiempo también. El problema es que la mayoría se queda con el final del encuentro, pero si la Roja hubiera embocado lo que generó en la primera parte, el gol de James no hubiera sido un empate parcial, sino sólo un descuento.
Vuelta la página al choque con los dirigidos de José Pekerman. Está terminada la fecha tres de las clasificatorias y Chile es segundo en la tabla con siete puntos, a dos unidades del líder Ecuador. Y los números no mienten. Si nuestra selección no pierde en Montevideo, asegurará al menos la posición que tiene actualmente.
Sin embargo ¿Cómo lograr tamaña tarea si los criollos de siete partidos por clasificatorias lo único que han rescatado del Estadio Centenario es un empate camino a Sudáfrica 2010?
En la pregunta está la clave. Porque no tiene sentido recordar el último Uruguay-Chile camino a Brasil 2014. Fue 4-0 para la celeste con póker de Luis Suárez, pero la Roja venía con el Bautizazo a cuestas y sin cinco jugadores que podían ser titulares: Valdivia, Vidal, Jara, Carmona y Beausejour.
Entonces, retrocedamos al 2007. A Marcelo Bielsa, probablemente tal como a Jorge Sampaoli, le importa un carajo que Chile nunca haya ganado en Uruguay. Salió a jugar el partido de igual a igual y si se defendió fue porque el rival lo forzó a hacerlo, no porque se predispusiera a eso. Fue 2-2 y el hincha chileno gozó los últimos dos goles de Marcelo Salas por la Roja.
Por más que la prensa local quiera “meter su dedo” al seguir recordando la Copa América pasada, este es otro cuento. Uruguay como local está obligado a ganar y Chile tendrá que tener la rapidez para aprovechar los espacios que quedarán.
Lo más importante es que los jugadores nacionales no caigan en el juego verbal, que seguro habrá, porque si se centran completamente en el partido, podremos mejorar el sabor de boca que está dejando esta fecha doble.