La columna de Pelotazo: Lo esencial para el nuevo DT de la Roja
El peor error es querer un técnico ofensivo pensando en el presente, en los jugadores que tenemos, y olvidándose del futuro.
El peor error es querer un técnico ofensivo pensando en el presente, en los jugadores que tenemos, y olvidándose del futuro.
Arturo Salah tiene uno de los desafíos más complejos de su vida futbolera. Porque cuando estuvo en Colo Colo no tenía que formar un plantel para que Mirko Jozic ganara la Copa Libertadores, pero lo hizo. Porque cuando estuvo en Universidad de Chile no tenía que formar un plantel para que Jorge Socías fuera bicampeón de Chile después de 30 años, pero lo hizo. Esas veces, sin querer, forjó el camino para que otro cruzara la meta.
Ahora, técnicamente, es al revés. Porque nadie le forjó el camino, al contrario, le complicaron el camino. Los dirigentes que lo antecedieron y Jorge Sampaoli. Es momento de buscar un reemplazante para la Roja y las opciones se acotan. Manuel Pellegrini dijo que no. Marcelo Bielsa dijo que no. Eduardo Berizzo dijo que no, al menos por ahora.
El problema es que quedan dos meses para que Argentina llegue al Estadio Nacional con sed de revancha tras la final de Copa América. Tenemos bajas como Arturo Vidal, Jorge Valdivia, Charles Aránguiz, Eduardo Vargas y más encima no hay entrenador.
Más allá si el sucesor de Sampaoli es de su línea de juego o no, hay un tema importante que no hay que olvidar: que el nuevo DT le dé tiraje a la chimenea. Eso no implica que los campeones de 2015 pierdan la titularidad, sino que ellos les enseñen a jóvenes para que tomen las riendas de la selección cuando los otros ya no estén.
Esto significa que en las nóminas, de una vez por todas, entre Ángelo Henríquez y no salga más. Lleva tres años y medio en Europa, algo ha aprendido, pero no lo suficiente como para desperdiciar tener de compañeros a Alexis Sánchez o Eduardo Vargas cada cierto tiempo. Lo mismo que Jeisson Vargas. El delantero de Universidad Católica está teniendo el mismo comienzo que el Niño Maravilla en nuestros pastos. Bueno, que el nuevo técnico los junte. Y si Nicolás Castillo despierta en su regreso al país, bienvenido sea.
El tercer arquero de Chile tiene que ser un joven. Tipos como Alvaro Salazar, que aprendan de Claudio Bravo. Como alguna vez el portero del Barcelona pudo compartir experiencias con Nelson Tapia. Obviamente con el tiempo el ex Colo Colo superó al ex cruzado, pero en ese momento, en ese 2005, el mundialista de 1998 tenía mucho que aportar a quien iniciaba su camino en esto.
En el mediocampo, hay dónde elegir. Claudio Baeza (que por polifuncional, puede ser defensa), Pablo Galdames, Diego Valdés, Martín Rodríguez o Jaime Carreño. No los desaprovechemos. Que se junten en un entrenamiento con Arturo Vidal, Marcelo Díaz, Charles Aránguiz o Jorge Valdivia.
En defensa, nunca nos sobra. Es momento de sacarle trote a Sebastián Vegas. Y si Igor Lichnovsky comienza a lucir o al menos a ser titular indiscutido en el Sporting de Gijón, sin duda que es válido que sueñe con un regreso a la Roja. Lo mismo Enzo Roco en el Espanyol. A ellos, que Gary Medel les contagie su amor por la camiseta roja.
Cada uno tendrá sus jugadores jóvenes favoritos para ser nominados a la selección chilena. Lo cierto es que el peor error es querer un técnico ofensivo pensando en el presente, en los jugadores que tenemos, y olvidándose del futuro, cuando ellos ya no estén con nosotros. El fútbol es una profesión de corta duración y no por ser campeones de América vamos a perder la brújula.
Al menos, que no la pierda don Arturo.