Lograron recuperarse de una desventaja de 11 puntos en el séptimo partido de la serie.
Así, se repetirá un partido que se viene dando desde 2015.
Golden State Warriors se quedó con la Conferencia Oeste de la NBA gracias a una notable reacción en el séptimo partido de la serie ante Houston Rockets que le permitió ganar por 101-92 para acceder a su cuarta final seguida.
El Toyota Center parecía el marco ideal para que el equipo dueño de casa lograra meterse al duelo decisivo de la temporada, ilusión que se aumentó en los fanáticos del equipo por el gran arranque comandado por James Harden.
El primer parcial terminó 24-19, mientras que al descanso se iban 54-43, algo que por lo que se veía en la cancha parecía poco revertible.
Sin embargo, Kevin Durant mostró lo mejor de su repertorio en un tercer cuarto demoledor en el que también aportó de gran forma Stephen Curry para revertir el marcador e irse al parcial final con una ventaja de 7 positivos.
En el último periodo, el conjunto local buscó, pero ya era tarde ante un equipo que tuvo a un Durant que consiguió 34 puntos y a un Curry que llegó 27. Klay Thompson, fundemantal en la serie, también llegó a los dos dígitos (19).
El cuadro de Houston, que pagó cara su impericia, tuvo en Harden a su mejor hombre con 32 puntos, mientras que Eric Gordon colaboró con 23 unidades y el Suizo Clint Capela con otras 20 que fueron insuficientes.
Con esto, los Warriors volverán verse las caras con Cleveland Cavaliers en la gran final de la NBA, la que se ha repetido en las últimas cuatro temporadas y que este año tendrá su primer episodio el próximo jueves a las 21:00 horas (01:00 GMT).
