El alero LeBron James volvió al American Airlines Arena junto a sus compañeros de Miami Heat para preparar el quinto partido de la final de la NBA que jugarán este jueves contra Oklahoma City Thunder, y dijo estar recuperado de los calambres que sufrió y que le impidieron concluir el cuarto encuentro.
Aunque James al concluir el partido, que su equipo ganó por 104-98 y les dio una ventaja de 3-1 en la serie al mejor de siete, ya había dicho que estaba "seguro" que jugaría el quinto, la confirmación llegó acompañada con el hecho de que su recuperación física es una realidad.
"Me siento mucho mejor, eso está claro", declaró James a los periodistas. "Todavía siento algo de dolor, pero es normal porque los músculos llegaron a un nivel muy alto de intensidad y de dureza", agregó.
Después del susto sufrido por los seguidores de los Heat y sus propios compañeros cuando vieron que no se podía incorporar por culpa de los calambres, el descanso y su recuperación han devuelto la tranquilidad y la confianza dentro del equipo de cara a luchar por el triunfo que necesitan para conseguir el título de liga.
"Es un partido muy importante para todos y debemos dar el máximo de esfuerzo en el campo a la hora de buscar la victoria que nos permitía cerrar la serie", dijo.
"Sabemos que no será nada fácil, pero si mantenemos la misma confianza en nuestro juego, seguro que estaremos en la lucha", comentó.