La columna de Marcelo Barticciotto: La esperanza es lo último que se pierde
El comentarista de Al Aire Libre en Cooperativa analiza la misión que tiene Colo Colo ante Palmeiras en Brasil.
Cony Capelli reveló desconocida experiencia con Kike Morandé en MCC
Don Francisco vivió incómodo momento con Junior Playboy: Espero no volver a verlo
¿Se suspende la definición del torneo? Tribunal se reúne por apelación de la U
Por Marcelo Barticciotto, @marcelobarti
En un equipo grande como Colo Colo cinco derrotas consecutivas no son normales, son poco comunes y poco habituales. Se empieza a hablar de crisis, de hecatombe, de desastre, y problemas que pueden ser normales, se ahondan y se transforman en graves, incluso se empiezan a inventar conflictos que a veces no existen.
Los problemas del "Cacique" están en cancha, los problemas futbolísticos, de concentración y de actitud han sido notorios, el equipo perdió el rumbo y le ha costado encontrarlo.
Con la derrota frente a Universidad Católica el pasado domingo se despidió definitivamente del campeonato y está a 10 puntos de los que clasifican a la Copa Libertadores 2019, tarea difícil de conseguir también.
Mañana se juega todo en Brasil frente a Palmeiras, tiene que hacer un partido perfecto, porque no solo se tiene que defender bien y que no le hagan goles, sino que tiene que convertir por lo menos dos goles para forzar los penales, y enfrente tiene un rival que está primero en el Brasileirao y que va a querer imponer su jerarquía para quedarse con la llave.
Tarea difícil, con tintes de hazaña para un Colo Colo que llega golpeado en lo anímico y sin su goleador Esteban Paredes. La esperanza es lo último que se pierde, y el colocolino aún cree. La historia de Colo Colo lo exige, se puede perder, se puede no jugar tan bien; lo que no se puede hacer es no dejarlo todo para doblarle la mano al destino, no dejar hasta la última gota de sudor para quedar a mano con una historia llena de éxito y de coraje, de sacrificios y de vergüenza deportiva.
Una victoria sería fantástica, pero si no es así, se puede salir de la cancha con la cabeza en alto y hacer sentir al hincha orgulloso de su equipo, porque luchó, porque quiso y porque vendió muy cara la derrota.