La columna de Pelotazo: Tolerancia en el fútbol
Isaac Díaz y David Pizarro rindieron un homenaje a los Detenidos Desaparecidos en el Estadio Nacional y ello levantó polvo.
Isaac Díaz y David Pizarro rindieron un homenaje a los Detenidos Desaparecidos en el Estadio Nacional y ello levantó polvo.
Ahí está con mejor resolución. 😍 pic.twitter.com/QTY0Fm8c4i
— Sebastián Hernández (@copihueazul) 10 de septiembre de 2017
Octavos de final de Copa Chile. Partido de ida entre Audax Italiano y Universidad de Chile. Quienes fueron a La Florida pudieron ver que en la barra visitante había cuatro imágenes, cada una con un mensaje. Todos atacando, todos ofendiendo. "Fuera los zorras" y "Fuera pechos frío" eran dos de las consignas. ¿Los destinatarios? Cuatro jugadores azules que alguna vez jugaron en Colo Colo: Rafael Caroca, Jean Beausejour, Christian Vilches y Gonzalo Jara.
Esta falta de tolerancia es un ejemplo de lo que se vive diariamente, no sólo en nuestro fútbol, sino en todo el mundo.
En la Premier League sorprendió un tweet de Álvaro Morata pidiendo a los hinchas de Chelsea que dejen de dedicarle un cántico, donde de paso, se ataca a los judíos. Esto en alusión a que el archirrival de los Blues, el Tottenham, es un equipo tradicionalmente vinculado a aquella comunidad.
El Viejo Continente es pionero en racismo. Freddy Rincón la pasó bastante mal en 1995 cuando llegó a Real Madrid y los hinchas blancos lo atacaban, incluso con rayados en las cercanías del "Santiago Bernabéu" porque era 'negro'.
Caso parecido vivió Faustino Asprilla en 2003 cuando jugando un superclásico por la U ante Colo Colo tuvo que escuchar cantos en su contra. "Acá en Chile, te pagan con maní", coreaba la hinchada blanca.
Lo bueno es que la vida da vueltas y si el señor Adolf Hitler luchaba porque hubiera una raza aria, 70 años después el goleador histórico de los mundiales es alemán, pero nació en Polonia: Miroslav Klose.
Todos los casos expresados nacen de los fanáticos de un equipo o selección, sin que los jugadores hagan algo. O bueno, hacen, algo tan terrible como pasarse de Colo Colo a la U.
Pero a veces son los futbolistas los que toman decisiones que traen consecuencias, como lo es hacer público su color político. Algo que no tiene nada de malo y que permite entender o ver hasta dónde llega la tolerancia del resto.
Muy criticado fue Carlos Caszely por no saludar de mano a Augusto Pinochet en su momento. ¿Alguien esperaba un gesto distinto del delantero? Su mamá fue detenida por los militares por lo que tenía derecho a protestar de alguna forma. A sabiendas que podía ganarse un problema.
Más de 30 años después, Universidad de Chile recibió a O’Higgins por la fecha 6 del Torneo de Transición. En la previa al encuentro en el Estadio Nacional, David Pizarro e Isaac Díaz fueron a dejar un ramo de flores al memorial de los detenidos desaparecidos.
Un gesto simple. Un gesto valioso. Este lunes se cumplen 44 años del Golpe de Estado que puso fin al gobierno de Salvador Allende y con ello aparece una fecha que divide a Chile.
Eso quedó claro en redes sociales, donde lo hecho por el volante y el delantero levantó polvo. Unos festejando el hecho y felicitando a los jugadores, y otros atacando a los futbolistas.
Y ojo, esto no es culpa de Twitter, Facebook o Instagram. Las divergencias existen desde antes del 11 de septiembre de 1973 y a partir de esa jornada se puso un muro al medio entre unos y otros.
Desconozco cuándo caerá ese muro, pero lo cierto es que lo hecho por Pizarro y Díaz deja claro tres cosas.
Uno. Hay que actuar coherente a nuestros valores o creencias, sin importar el qué dirán.
Dos. Hay que generar consciencia que lo que pasó no puede volver a ocurrir.
Y tres. Hay que ser tolerantes con quienes piensen distinto a nosotros. No sólo en la política, sino también en la religión y en el deporte.
El último punto puede ser difícil de aplicar, pero hay que luchar por ello. Es la base de la buena convivencia. Mientras tanto, sigamos gozando de partidos de alta convocatoria con poco público y al mediodía. Es que los poco tolerantes mandan y nadie acaba con el problema de raíz.