El ordinario espectáculo protagonizado por los jugadores e hinchas de Boca Juniors en el empate 0-0 ante Chivas de Guadalajara, por los cuartos de final de la Copa Libertadores, y que obligó a suspender el partido en el minuto 75, cayó muy mal en las máximas autoridades del fútbol mundial.
El director de comunicaciones de la Federación Internacional de Fútbol Asociaciado (FIFA), Marcus Siegler, manifestó que "lo sucedido en Buenos Aires es muy lamentable".
Siegler reconoció no tener más información que la periodística de distintos medios del mundo acerca de los sucesos de la noche del martes en el Estadio la Bombonera y que por eso prefería no ampliar sus consideraciones.
"La Copa Libertadores no es un torneo organizado oficialmente por la FIFA", agregó, en alusión a que esperarán los informes de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).
El escánadalo comenzó con la expulsión del goleador argentino Martín Palermo por agredir a Adolfo Bautista, mediocampista de Chivas que también recibió tarjeta roja, luego que se mofara ante la tribuna por los cuatro goles que le marcó la tienda azteca en el Estadio Jalisco.
Luego vino lo peor. No sólo un hincha ingresó al campo de juego y golpeó al jugador mexicano, el propio técnico de Boca Juniors, Jorge Benítez, escupió a Bautista cuando se trasladaba a camarines.
Después, la hinchada xeneize comenzó a lanzar todo tipo de proyectiles, especialmente sobre el arco del portero visitante, Jesús Corona.
Nada detuvo a los enardecidos hinchas, por lo que el juez uruguayo Martín Vásquez decidió suspender el juego a los 75 minutos.
Otro de los aspectos que produjo rechazo en la máxima organización del balompié, fue la actitud del delantero de Boca Juniors, Marcelo Delgado. Durante los incidentes se trenzó en una pelea con un policía y después del partido fue trasladado a una comisaría bonaerense por agresión al uniformado. (Agencias)