Alexis Sánchez y Di María, el otro duelo del clásico Barcelona-Real Madrid
Un análisis a dos de las posibles figuras del choque en el Camp Nou.
Compare sus carreras, características y cómo llegan al partido.
Un análisis a dos de las posibles figuras del choque en el Camp Nou.
Compare sus carreras, características y cómo llegan al partido.
El clásico Barcelona-Real Madrid de este domingo, fijado para las 14:50 horas (17:50 GMT) pondrá en juego a varios de los grandes futbolistas del panorama mundial del momento, encabezados por Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, pero hay otros, como el chileno Alexis Sánchez o el argentino Angel Di María, ambos "cosecha del 88", que también reclaman protagonismo.
Sus carreras
Alexis Alejandro Sánchez nació en Tocopilla el 19 de diciembre de 1988 y Angel Fabián Di María Hernández en Rosario, Santa Fe, el 14 de febrero de ese mismo año. Ambos son de familia humilde, como otros tantos niños que encontraron en el fútbol una salida para sí mismos y toda su gente, hechos para la elite a base de raza, carácter, esfuerzo y unas dotes innatas para manejarse con un balón.
Alexis jugó en Cobreloa y Colo Colo, dos de los principales clubes de su país, antes de pasar a River Plate, el club en el que precisamente estuvo muy cerca de jugar como profesional el padre de Di María, Miguel, pero una lesión se lo impidió. Mientras, el argentino comenzó a hacerse un nombre en Rosario Central.
Ambos no tardaron en hacerse notar, en mostrar unas cualidades que no pasaron desapercibidas para los clubes europeos y optaron por continuar su aventura en el Viejo Continente. Uno, Sánchez, en Italia, por medio de Udinese; el otro, el trasandino, en Portugal, en Benfica.
Los dos necesitaron tres campañas en sus respectivos equipos para dar el salto y afrontar el gran reto, alcanzar el gran sueño de llegar a, quizá, los dos principales acorazados del fútbol mundial del momento, Barcelona y Real Madrid, como refuerzos para dos plantillas poderosas y de un nivel superlativo.
Características
Su carácter, ese que les hizo crecer entre las dificultades y llegar a cimas ya de por sí importantes, resulta determinante para, como aditamento a las cualidades técnicas futbolísticas, disponer de minutos para, desde un papel en cierto modo secundario, ganarse la confianza de sus técnicos entre tanta competencia de primer nivel.
Alexis y Di María aportan desborde, velocidad y trabajo infatigable. El chileno, diestro, siempre se ha desenvuelto más pegado a la banda derecha, y el argentino, zurdo cerrado, también evoluciona en esa misma zona habitualmente al jugar a pierna cambiada.
No obstante, debido a la movilidad imprescindible en el esquema barcelonista para poder ejecutar el fútbol combinado y asociativo, Sánchez aparece a menudo en la posición de "9", como le ocurrió el martes en Lisboa para anotar el primer gol del partido frente al ex equipo de Di María, Benfica.
Era su primer tanto en medio año. El anterior se remontaba a, precisamente, el anterior clásico en el Camp Nou, que sin embargo no le sirvió para impedir la derrota (1-2), sufrida por un gol de Cristiano Ronaldo.
Di María es un futbolista del agrado de Mourinho y de la tribuna. Ofrece un despliegue físico por momentos extraordinario en el trabajo de presión y con el balón en los pies es un 'regateador' nato. Aunque desde que llegó ha mostrado también su olfato goleador, quizá ha brillado más en el apartado de asistencias o pases de gol a sus compañeros con envíos magníficos a Cristiano Ronaldo, Gonzalo Higuaín y Karim Benzema.
¿Cómo llegan?
Este derby le llega a Sánchez justo después de haber terminado con su sequía en el Estadio La Luz. Nohace muchos días, en su primera conferencia de prensa desde que fue presentado como jugador de Barcelona, el chileno se ponía una nota "5", un aprobado raspado, a su labor como azulgrana. Ese gol en Lisboa sin duda es una inyección de moral y una tremenda dosis de confianza.
Di María, por su forma de juego, atrevida, descarada, vertiginosa, ya fue clave para la consecución del título de Copa hace dos temporadas, al servir a Cristiano Ronaldo, esta vez desde la izquierda, el balón que significó la victoria en la final de Valencia.