"Me llegó un palo muy fuerte porque ni ustedes, ni la gente, ni nosotros lo merecemos", acusó el capitán de La Roja.
Antes de ir a Rusia para luchar junto a la selección chilena por la Copa Confederaciones, el capitán Claudio Bravo vivió la experiencia, gracias a un auspiciador, de visitar el Estadio Nacional sin hinchas, y en solitario recorrió el recinto para encontrarse "con la ingrata sorpresa" de la forma en que se encuentra.
"La verdad es que me dio mucha tristeza ver un estadio vacío, un estadio sin alma, pobre, sucio, sin identidad", recordó el portero en una conferencia de prensa.
"Me dio pena ver el estadio sin siquiera una foto de nuestra selección del Mundial del '62, de la gente que ha competido a nivel de selección en otros mundiales, de la gente que obtuvo las medallas en Sidney 2000, de los recuerdos nuestros que hemos tenido ahí", complementó.
Con el tiempo para detenerse en el detalle del coliseo donde la Roja ha hecho vibrar de emoción a la afición, el capitán de la "generación dorada" resaltó que sí existen "cosas positivas para embellecer el estadio por todos lados".
"Para que nuestras familias cuando vayan al estadio se sientan orgullosas o que ustedes (periodistas) tengan una sala de prensa digna, que ahora no existe, o nosotros una sala donde podamos recibir a nuestras familias, o el hincha que tenga accesos como corresponde de acuerdo a lo que están pagando en un estadio donde las entradas son de un valor altísimo, tocó verlo y la verdad es que me llegó un palo muy fuerte porque ni ustedes, ni la gente, ni nosotros lo merecemos", concluyó.
Con la amargura a un lado, Bravo y sus 22 compañeros se enfocan a la cita que tendrán este domingo con Alemania en la final de la Copa Confederaciones, donde planean escribir de la mejor forma un nuevo capitulo de la leyenda de la selección chilena.
