Leicester, campeón con un plantel de bajo costo y un técnico de larga experiencia
El equipo de Claudio Ranieri sorprendió al mundo del fútbol con su primer título en Inglaterra.
Jamie Vardy, el goleador del equipo.
El equipo de Claudio Ranieri sorprendió al mundo del fútbol con su primer título en Inglaterra.
Jamie Vardy, el goleador del equipo.
Un plantel extremadamente ajustado a un presupuesto limitado, el ingenio y la experiencia de un técnico al borde de la jubilación y la visión de un hincha asiático, multimillonario, agitaron en esta última temporada el mundo del fútbol y toda la teoría en la que se amparan los grandes clubes.
La conquista de la Premier League por Leicester City devolvió el romanticismo y la magia al deporte. Más aún en una especialidad tan profesionalizada y tan sometida como el fútbol.
Una casualidad, un cese inesperado, el del técnico Nigel Pearson en el verano pasado (europeo), en plena pretemporada, rescataron del olvido al italiano Claudio Ranieri. El preparador romano, que se dejó ver previamente a las órdenes de la selección de Grecia, en la que permaneció, sin éxito, durante cuatro meses, acumulaba un año sin dirigir.
Poca perspectiva advertía el futuro de Ranieri, con experiencia en Italia, España, Francia, Inglaterra y Grecia y un palmarés que indicaba una Copa y una Supercopa con Fiorentina y una Copa del Rey con Valencia, con el que también consiguió una Supercopa europea.
Nada que ver con el trofeo de la Premier que va a sostener en sus manos. Con un equipo sin estrellas. Sin gastos llamativos. Sin fichajes de lujo. Con el único objetivo inicial de asentarse en la máxima categoría del fútbol inglés y alejarse de los agobios padecidos una temporada antes, cuando estuvo al borde del descenso.
Sin esa presión inicial y un recorrido ilimitado echó a andar Leicester, cuyo historial contemplaba solo, hasta ahora, tres títulos de Copa de la Liga.
Un plantel modesto
Entre Rainieri y el propietario tailandés Vichai Srivaddhanaprabha fueron componiendo un plantel de bajo costo. Futbolistas sin repercusión, sin renombre, sin currículo en la Premier, pero perfectos para encajar en el proyecto de su técnico.
El precio total de la plantilla de Leicester no alcanza los 55 millones de euros. Los responsables de la entidad hicieron maniobras contables en su día para apañar un plantel que, inicialmente, fuera capaz de sostenerse en la Premier. Ahora, gran parte de sus futbolistas han multiplicado su valor.
El portero danés Kasper Schmeichel costó a Leicester 1,7 millones de euros. Danny Simpson 2,5 y el jamaicano Wes Morgan 1,1. Por el alemán Robert Huth el club pagó 4,2 millones. El defensa austríaco Christian Fuchs, procedente de Schalke, y el mediocampista Marc Albrighton llegaron libres.
No hubo que pagar nada por su llegada. El argelino Riyad Mahrez, sensación del equipo, y Danny Drinkwater, se comprometieron con el club por menos de un millón. Los mayores desembolsos los realizó por el japonés Shinji Okazaki (11 millones), al que fichó de Mainz, y por el francés N'Golo Kanté (9 millones a Caen).
También se reforzó con el zaguero francés de origen tunecino Yohan Benalouane, de Atalanta, y el suizo Gokhan Inler, procedente de Napoli. Y mantuvo la confianza en el argentino de abuela chilena Leonardo Ulloa, fichado de Brighton, de la segunda división, hace dos temporadas.
El sudamericano, de hecho, resultó determinante el año pasado, cuando su eficacia contribuyó a que Leicester consiguiera la permanencia. Acabó el período con 13 goles en la liga. En esta campaña, el despegue de Jamie Vardy y la llegada del japonés Okazaki le restaron protagonismo. Pero Ulloa no ha desperdiciado cada uno de los minutos que le ha otorgado Ranieri. Y consiguió tantos decisivos. Como el que anotó ante Norwich.
Vardy, el artillero
Jamie Vardy, el máximo goleador del equipo, reforzó a los "foxes" por 1,4 millones de euros. El atacante de Leicester acumula 22 goles en su mochila y la condición de seleccionado de Inglaterra ya en su currículo.
Procedente del fútbol aficionado, nada hacía presagiar una dedicación profesional con el balón en los pies y el gol entre ceja y ceja. El caso de Vardy es de esos que ocurren solo muy de vez en cuando.
Fue en 2011 cuando fichó por Halifax. Después se marchó a Fleetwood, de cuarta categoría, donde firmó 31 goles para contribuir al ascenso de su equipo a la League Two (tercera división). Fue una temporada después cuando Leicester lo incorporó en su plantel.
Ya en 2012, Leicester City oficializó que pagó un millón de libras por su traspaso, que fue el fichaje más caro de un futbolista procedente de categorías inferiores. Lo que entonces fue un tiro al aire ahora es una apuesta segura.
Los premios para los campeones
El título obtenido por esta plantilla pilló con el pie cambiado tanto a sus dirigentes como a los jugadores, que no acordaron premio alguno por la posibilidad, entonces utópica, de ganar la Premier.
Así, en la reunión por los premios, el capitán Wes Morgan acordó que el plantel se repartiría 8,3 millones de euros si lograban un puesto entre los 12 primeros de la clasificación. Sin más.
Claudio Ranieri, sin embargo, tendrá una prima de 6,4 millones de euros por el trofeo de campeón. The Times desveló que el compromiso del preparador italiano fijaba 128.000 euros por cada posición que ganaba en la tabla más cinco millones de libras si conquistaba el campeonato.