La columna de Pelotazo: Cien alegrías juntos

El triunfo 2-0 de Colo Colo sobre Universidad de Chile no fue una victoria más para los albos. Primero, les permitió asegurar la punta del Torneo de Apertura. Segundo, lograron alargar su invicto ante los azules a 15 años jugando en Macul. Tercero, obtuvieron su quinto triunfo al hilo ante la U, situación que no vivían hace 66 años. Cuarto, concretaron su victoria 80 ante los universitarios por campeonatos nacionales. Quinto, celebraron su triunfo 100 ante el archirrival. Y sexto, Esteban Paredes llegó a 113 goles por el cacique, donde la máxima víctima es Universidad de Chile con nueve tantos. Un sábado perfecto para Colo Colo.

Después de todo esto el hincha albo se pregunta ¿Qué nos queda por hacer ante la U? Ante ello hay dos opciones: lograr cosas inéditas o "devolver la mano".

Cosas inéditas las podrá buscar el próximo año cuando esté la chance de llegar a seis triunfos consecutivos, cosa que los albos lograron hace 74 años, entre 1939 y 1941. Esa era la época de Enrique "Tigre" Sorrel, Alfonso Domínguez y Segundo Flores. El tema es que si lo logran, sabrán que "siete al hilo" no lo hizo ningún plantel blanco y ellos podrán luchar por ello.

Devolver la mano tiene relación con la era Sampaoli en la U, donde los azules golearon 4-0 y 5-0 a los albos. Es cierto que Colo Colo le ganó por más a la U, pero cuando ninguno de nosotros estábamos vivos: 6-0 y 6-1 en 1938; 5-1 en 1944; 5-0 en 1949; 6-1 y 4-0 n 1953; 5-1 en 1955. Falta esa goleada que le alegre la vida a los fanáticos albos, como el 5-2 de 1999.

Ante ello algún hincha dirá que las goleadas dan lo mismo y que lo más importante es salir campeón "en la cara del otro" como lo hizo Colo Colo en 2006. Y puede que tengan razón, pero bajo esa misma premisa, la U hizo lo mismo en 1959, en el encuentro que para muchos forjó el inicio del superclásico entre albos y azules. En fin, cada uno con el argumento que le favorece.

Lo cierto es que este momento del cacique ante su clásico rival es un llamado a todos los hinchas, independiente del equipo que sean, pero que tengan un contendor histórico: San Marcos – Iquique, Antofagasta – Cobreloa, Coquimbo – La Serena, Wanderers – Everton, Rangers – Curicó, o incluso los mismos azules ante Universidad Católica.

¿Y cuál es el llamado? A disfrutar cada victoria como si fuera la última, porque no sabes, no tienes idea lo que viene a la vuelta de la esquina. Un año puedes golear dos veces a tu archirrival, pero después sufrir cuatro derrotas seguidas.

Con ese contexto hay dos opciones: o te quedas añorando el pasado sentado en el sillón, situación recurrente en Chile, o sigues apoyando y esperando el siguiente triunfo.