El volante de Palestino se refirió a sus más de cuatro años en la cárcel.
Además contó detalles de la publicación en Una Nueva Mañana.
Avalos visitó los estudios de Radio Cooperativa.
El volante de Palestino Roberto Avalos visitó los estudios de Radio Cooperativa y en conversación con Una Nueva Mañana contó los detalles de su libro "Luchando por un Sueño", en el que cuenta su historia de vida, sus días privado de libertad y su reinserción en el fútbol.
En diálogo con Cecilia Rovaretti se refirió a sus problemas legales, algo que detalla en su libro. "Se decía que yo y mis papás vendíamos drogas, pero eso no fue así. Lo que hice, el delito que cometí fue haber hecho un contacto para que alguien comprara drogas, sé que es algo que no corresponde y es penado por la ley, no lo estoy minimizando, pero hay que decir las cosas como son... Yo nunca consumí drogas", declaró.
Además, contó por qué se enredó su caso. "En ese momento no quise reconocer mi error, pensé que así me iba a salvar y una de las personas involucradas contó que yo hice el contacto y fui condenado en primera instancia a cuatro años y luego me subieron a cinco", expresó.
"Yo sé que me equivoqué y estaba pagando mi error... En el libro cuento que para mí los primeros nueve meses que estuve encerrado en un espacio súper chico y ahí entrené porque tenía el objetivo de jugar fútbol", agregó.
Sobre su experiencia en la cárcel de San Miguel, dijo: "Tuve problemas como cualquiera. Pero la verdad tuve una relación buena, porque los internos se daban cuenta que yo estaba intentando hacer cosas para el deporte, les caí bien, aunque también hubo momentos complicados".
"El Chile se habla mucho de la reinserción social, pero estamos a años luz por el tema del hacinamiento, en una parte que es para 50 personas viven 150", complementó.
Sobre su retorno a las canchas tras casi cinco años privado de libertad, expresó: "Fue un proceso especial, porque durante ese tiempo que estuve privado de libertad mantuve contacto con la gente de Palestino. Una persona muy importante fue Daniel Salvador que cuando salí estaba como entrenador y él me dejó entrenar. Quería volver a jugar y retribuirle a mi familia y al club al que le había fallado".
