Corte de Roberto Rojas entre las mayores trampas en la historia del deporte
Marca recordó los nueve mayores fraudes de la actividad.
Marca recordó los nueve mayores fraudes de la actividad.
A propósito del mayor fraude del deporte español, la selección de baloncesto que ganó el oro en los Paralímpicos de Sydney con sólo dos jugadores efectivamente discapacitados, el diario deportivo Marca realizó un listado con los fraudes más llamativos, entre los cuales aparece el corte que se realizó el portero nacional Roberto Rojas, en el Maracaná.
"El corte más famoso de la historia", dice el diario español a partir
"El 3 de septiembre Roberto Rojas, portero de la selección de Chile, provocó la suspensión de un partido contra Brasil clasificatorio para el Mundial de Italia'90. Chile necesitaba ganar y perdía 1-0, cuando Rojas sufrió un corte en el rostro simulando que le habían agredido desde la grada. Se demostró que Rojas se cortó él mismo, motivo por el que fue sancionado de por vida", cuenta el diario hispano.
El ranking no incluye casos de dopaje y estos son los otros casos que quedaron en la historia.
Dora se llamaba Hermann
Dora Ratjen fue una atleta alemana que participó en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936. Quedó cuarta en la prueba de salto de longitud. En 1938 participó en el Europeo de Viena, logrando el récord del mundo en salto de la longitud. La buena de Dora era realmente Hermann Ratjen, y confesó que se hizo pasar por una mujer porque la obligaron los nazis. En 1938 se destapó el engaño y fue desposeída de sus marcas.
Tomó metro para ganar el maratón
Rosie Ruiz es una atleta estadounidense de origen cubano que ganó el clásico maratón de Boston en 1980. Rosie completó la prueba en 2 horas 31 minutos y 56 segundos (25 minutos menos que el tiempo que utilizó en terminar el maratón de Nueva York), lo que provocó numerosas sospechas entre organizadores y rivales. Fue descalificada al sospecharse que tanto en Nueva York como en Boston montó en metro para acabar ambas maratones.
La mano de Dios
El 22 de junio de 1986 Diego Armando Maradona marcó el gol más famoso de la historia del fútbol, el problema es que lo hizo con la mano... Fue el primer gol del Argentina 2-1 Inglaterra, y fue bautizado como 'La Mano de Dios'. Independientemente de la picardía del Pelusa, está claro que fue trampa.
El mayor fraude en España
La Real Federación Española de Deportes para Discapacitados Intelectuales presentó un equipazo en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000. España ganó el oro, pero el problema es que se demostró que todos los jugadores españoles, menos dos, no tenían ningún tipo de discapacidad intelectual, entre ellos había un periodista (justificó que estaba haciendo un reportaje) y varios jugadores de Liga EBA. A España la obligaron a devolver la medalla de oro.
El hielo manchado con sangre
En los años '90 Tonya Harding y Nancy Kerrigan eran las reinas del patinaje sobre hielo en Estados Unidos. Su rivalidad era tan grande que Harding y su marido contrataron a un matón para que lesionase a Kerrigan (la golpearon con una barra de hierro en la rodilla) para que no pudiese competir en los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehamer. Kerrigan se recuperó a tiempo y ganó la medalla de plata. La vida de Tonya ha sido de auténtica película.
El interruptor mágico
Boris Onischenko, pentatleta ruso que competió en los Juegos Olímpios de 1968, 1972 y 1976, pasó a la historia por su famosa trampa durante los JJ.OO. de Montreal en 1976. A Onischenko le descubrieron un interruptor eléctrico en su florete con el marcaba tocados a sus rivales en las pruebas de esgrima.
Guantes de yeso
En 1983 el modesto boxeador Luis Resto le dio una auténtica paliza al poderoso Billy Collins (que hasta ese momento había ganado sus 14 combates). Tras una denuncia del entorno de Collins se demostró que los guantes de Resto estaban manipulados y que combatió con sus vendajes endurecidos con yeso. El verdadero autor de la trampa fue Carlos 'Panamá' Lewis, el entrenador de Resto.
Siempre quedaba cerca del hoyo
Durante un torneo de clasificación para el British Open de 1985 el golfista David Robertson fue sorprendido colocando la bola donde mejor le iba en el green (salía por delante de sus compañeros para arrojar la bola sin ser visto). Le multaron con más de 30.000 euros y fue suspendido del circuito profesional por 30 años.