Este domingo 17 de junio se cumplen 30 años de uno de los episodios más recordados de nuestra historia futbolera.
El tiro del ex goleador ante Austria fue el comienzo de la mala actuación del equipo dirigido por el fallecido Luis Santibáñez.
Hace exactos 30 años, se jugaba el Mundial de España 1982 con la selección chilena, adiestrada por el fallecido técnico Luis Santibáñez, entre sus 24 participantes.
Muchos hablaban del buen nivel del elenco nacional, no obstante, su participación, estuvo marcada por la mala campaña (la peor en una cita planetaria), la cual quedó ejemplificada en una de las jugadas más recordadas dentro de la historia futbolera del país: el penal desperdiciado por Carlos Caszely en el debut ante Austria.
El elenco nacional venía de eliminar a Ecuador y a Paraguay (con el recordado gol de Patricio Yáñez en el Defensores del Chaco), llegando de manera invicta a España en partidos clasificatorios y con apenas dos derrotas en la campaña previa (ante Rumania y Perú).
Una larga concentración de la escuadra nacional marcó la previa del viaje a la Península Ibérica, donde Chile debía enfrentar a Austria, Alemania y Argelia.
Entre los nacionales había optimismo. La buena campaña clasificatoria y varios jugadores de renombre en el plantel dejaban ver buenas sensaciones.
Estaban el ya veteranísimo Elías Figueroa, quien completaba su tercer Mundial; Rodolfo Dubó, Juan Carlos Letelier, Eduardo Bonvallet y Caszely, quien llegaba a España convertido en el máximo goleador histórico de la selección con 24 tantos (llegó en su carrera a 27), superando a Leonel Sánchez (23).
El estreno de Chile fue un 17 de junio ante los centroeuropeos en el Estadio "Carlos Tartiere", de Oviedo.
Chile jugó un esquema defensivo y pagó las consecuencias a los 21 minutos luego del cabezazo del delantero Walter Schachner, quien batió la resistencia del portero Mario Osbén.
La ilusión de miles de hinchas que veían a Chile a todo color por televisión se encendió cinco minutos después cuando Caszely fue derribado en el área austríaca. El encargado de patear las penas máximas era Gustavo Moscoso, quien cedió el disparo al delantero de Colo Colo, pero el derechazo cruzado se fue desviado en casi un metro ante la estirada del portero Friedrich Koncilia.
"Me afectó muchísimo, pero yo tengo una ventaja, porque el resto de la gente en este país le tiene miedo a la palabra fracaso y yo no", enfatizó Caszely en una entrevista con Cooperativa.cl.
"Siempre digo que fracasé. Tiré un penal para afuera, me fue muy mal y lo sufrí muchísimo, pero está dentro de las reglas del juego, y el haber fracasado en un Mundial no quita toda la trayectoria maravillosa que hice durante mi vida", puntualizó.
El duro golpe no hizo mella en el elenco nacional y se volcó en el área} europea, pero disparos de Moscoso y Bonvallet, mantuvieron indemne al arquero austríaco, quien terminó siendo figura del partido, y a Chile cosechando su primera caída.
El duro golpe ante Alemania
Si Austria era un equipo complicado, el segundo duelo (20 de junio) suponía un rival aún más duro. Se trataba de Alemania Federal, elenco que venía de ser campeón de Europa en 1980 y que llegaba con el portero Harald Schumacher y con los delanteros Pierre Littbarski y Karl Heinz Rummenigge entre sus figuras.
La resistencia de Chile duró poco. A los nueve minutos los germanos ganaban 1-0 con gol de Rummenigge. El por ese entonces ariete de Bayern Munich repitió a los 55' y a los 66'. Uwe Reinders marcó el 4-0 a los 81'.
El honor de la escuadra nacional lo salvó Gustavo Moscoso en los descuentos. El jugador de Universidad Católica controló un largo pase salido desde la última línea, se la llevó con un taco y después de un efectivo túnel a su marcador, sacó un disparo que batió a Schumacher para quedar en la retina como uno de los mejores tantos de la Copa del Mundo. Fue un 4-1 categórico que dejó a Chile fuera de la Copa.
La reacción que no alcanzó ante Argelia
Con Chile ya eliminado, llegó la hora de la despedida ante Argelia (24 de junio), elenco norafricano que tenía opciones concretas de clasificar tras haber dado la sorpresa en el primer partido al haber derrotado por 2-1 a Alemania.
Ese bien fútbol lo trasladaron al duelo ante Chile, y antes del final del primer tiempo ganaban por 3-0 gracias a las anotaciones de Salah Assad (7' y 31') y Tedj Benssoula (35').
En el segundo lapso, el elenco nacional reaccionó y con tantos de Miguel Angel Neira (de penal a los 59') y Juan Carlos Letelier (73'), tras notable maniobra individual.
Al equipo nacional no le alcanzó para revertir su suerte y al menos sumar un punto en su expedición por España. A los africanos tampoco les alcanzó, puesto que al día siguiente del partido se definía el grupo con el duelo entre Alemania y Austria.
Los germanos necesitaban de un triunfo ante un equipo centro europeo que le bastaba caer por la mínima para dejar fuera a los argelinos ¿Qué pasó? Los teutones ganaron 1-0 con gol de Horst Hrubesch a los 10 minutos y de ahí en adelante el balón circuló sin pena ni gloria por el medio de la cancha.
Al día siguiente, el periódico asturiano El Comercio decidió publicar la crónica del partido en la sección de Sucesos, en lugar de en la de Deportes. "Unas 40 mil personas, presuntamente estafadas en El Molinón por 26 súbditos alemanes y austriacos", rezaba el titular principal de la página del periódico diario haciendo caso de los billetes y monedas que el público lanzó contra los jugadores.
El resto del Mundial
Un total 12 de equipos clasificaron a la siguiente ronda, que por esos años se jugaba en cuatro grupos, ganando Polonia, Alemania, Italia y Francia sus respectivas series para instalarse en semifinales.
En la ronda de los cuatro mejores, los polacos, quizás con su última gran generación, encabezada por Włodzimierz Smolarek, Grzegorz Lato y Zbigniew Boniek, chocaron ante Italia, elenco que de la mano de Paolo Rossi venció por 2-0 para instalarse en la final.
En la otra semifinal, Alemania sacaba provecho de su arreglo de partidos para verse las caras ante la Francia de Michel Platini. Fue el partido más emocionante del torneo con un 1-1 en los 90 minutos, y un 3-3 tras el alargue, por lo que todo se definió en los penales.
Ahí Schumacher fue figura y aunque debió haberse ido expulsado del partido por una criminal falta que dejó inconsciente a Patrick Battison, instaló a Alemania en la final.
En esa instancia, los germanos "pagaron sus pecados" y cayeron por 3-1 ante una selección italiana llena de inspiración. Rossi, Marco Tardelli y Alessandro Altobelli sentenciaron la tercera Copa del Mundo para los peninsulares.
