El joven mediocampista de Universidad Católica Jaime Carreño concedió una entrevista al diario El Mercurio, donde se refirió a su presente en el club precordillerano. El jugador de 18 años reconoció ser hincha del equipo cruzado y que quiere marcar historia con la camiseta universitaria.
"No juego porque me mueve la plata. Juego para ser símbolo de la UC, no para ganar plata. Me gustaría ser un ídolo en la UC más que ganar plata. Sé que va de la mano, que hay gastos, que la familia, la polola, los hijos dependen de uno, que el tema se complementa. Pero ahora, más que el dinero me mueve ser campeón, ser reconocido y ganarme un puesto en el equipo del que soy hincha", sostuvo el volante.
Carreño es una opción para el entrenador Mario Salas en la mitad del terreno de juego, donde el jugador ha integrado varias oncenas titulares. "Es el premio al sacrificio de seis o siete años en el club. Uno trata de demostrar todo, de ir más fuerte a la pelota. Es una ansiedad en no equivocarse", afirmó.
El futbolista vive un gran momento en Universidad Católica, donde asoma como titular frente a su próximo rival, Unión La Calera. Sin embargo, el jugador no olvida el difícil inicio que tuvo, ante de llegar al cuadro universitario a los 12 años.
"En Santiago Morning no teníamos nada. Lo apoderados pagaban los buzos el equipo, organizaban los buses. El alcalde Gonzalo Cornejo costeaba los viajes y las colaciones, pero siempre alguien aportaba con algo. La UC es otro mundo; la utilería gigante, con balones, polerones, ropa limpia todos los días", señaló.
"De no tener nada a empezar a tenerlo todo es mucha diferencia. Pero uno nunca tiene que olvidar de dónde salió y cómo salió" complementó.
El volante también fue cuestionado por el momento que pasa el elenco católico, donde ya van 5 años sin la obtención de títulos. "Es difícil ponerse en el lugar del hincha de la Católica, y aguantar las burlas en al tele, en los diarios. Todos esperan que se caiga. Pero ya vendrá el momento de cambiar al historia", comentó.
Para finalizar, el juvenil indicó que ser formado en casa te hace estar más identificado con el club. "Obviamente el jugador que lleva más tiempo va a sentir más la camiseta que los que llegan de refuerzo o vienen recién llegando. Todo el sacrificio de siete años, en mi caso, se ve reflejado en el amor a la camiseta. Es más, también, por la ansiedad de querer hacer todo bien y dejar una buena impresión", concluyó.