La representante chilena sufrió una descompensación orgánica.
El calor, la falta de líquido y dos patadas en la zona estomacal provocaron su desmayo.
La nadadora Kristel Köbrich debió ser retirada en ambulancia de la prueba de aguas abiertas en el Rowing-Canoeing Park, ubicado a 60 kilómetros de Beijing, luego de sufrir una deshidratación y posterior descompensación orgánica que le provocó un desmayo.
Cuando llevaba cerca de una hora y 40 minutos de competencia, que contemplaba 10 kilómetros, la deportista debió ser sacada en camilla del agua, para ser hidratada y auxiliada con hielo de manera de bajar su temperatura corporal. Sólo perdió el conocimiento por algunos segundos, pero cuando ingresó a la tienda médica de la sede olímpica ya estaba conciente.
Se mantuvo en esas instalaciones médicas cerca de una hora y media y en este momento, ya estabilizados sus signos vitales, está siendo trasladada a la clínica de la villa olímpica, donde terminará su recuperación.
La explicación
Como explicó el presidente del Comité Olímpico de Chile, Neven Ilic, quien se mantuvo en todo momento al lado de la deportista en la tienda médica, "el doctor Orizola (Alejandro Orizola, jefe médico del equipo chileno en Beijing), nos dice que ya está bien y estabilizada. Llegó en muy malas condiciones, pero le pusieron suero y mejoró rápidamente. Ahora se la llevaron a la Villa principalmente para hacerle una radiografía de tórax y ver si había tragado agua, además de practicarle exámenes de sangre".
El dirigente indicó que aparte de la deshidratación, la deportista comentó durante su recuperación que en la carrera recibió dos patadas en la zona del estómago y el bazo. "El diagnóstico del doctor Orizola es que estaba exhausta y además las dos patadas la dejaron muy mal y la hicieron nadar muy complicada hasta que pasó lo que pasó. No se recuerda del momento en que la sacaron del agua, se desmayó por algunos segundos. Pero cuando la sacaron ahora hacia la villa ya se estaba riendo un poco incluso".
Kristel Köbrich siempre se mantuvo entre las 10 primeras de la carrera y al momento de sufrir el desmayo iba en el séptimo casillero. El gran esfuerzo de sostener este ritmo, sumado a la alta temperatura del agua (de casi 29 agrados) y al calor y humedad ambientales, habría provocado la descompensación orgánica. Ello sumado a que en el segundo giro, para iniciar los 2.500 metros de carrera, no se habría hidratado.
