La voz de la canadiense conmocionó en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos.
Con un portentoso chorro de voz en la lluviosa noche parisina, Céline Dion hizo una reaparición triunfal en la apertura de los Juegos Olímpicos al interpretar, desde lo alto de la torre Eiffel, el "Hymne à l'amour" de Edith Piaf.
La cantante, que padece una grave y rara enfermedad neurológica incurable llamada síndrome de persona rígida, fue el majestuoso broche final a las casi cuatro horas de ceremonia celebrada a lo largo del Sena, justo en el momento en el que la llama olímpica se elevaba en un globo aerostático sobre los Jardines de las Tullerías.
Dion cantó apostada en el primer piso de la dama de hierro, justo debajo de los anillos olímpicos de París 2024, y aunque su intervención fue breve dejó embelesado al público, que respondió con una tremenda ovación.
Su reaparición para la gran inauguración de París 2024 era un fuerte rumor desde hacía meses y la llegada de la propia cantante a la capital francesa esta semana había dado esperanzas sólidas de un retorno triunfal en el Sena.
