La lanzadora de la bala chilena Natalia Ducó, recuperada de una lesión en un hombro, finalizó en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de León, España, un periodo de dos meses de entrenamiento de los que sale con la confianza de repetir en Río la presencia entre las finalistas que ya protagonizó en Londres 2012.
La progresión seguida, una vez superados sus problemas de hombro, le hacen mirar con optimismo la cita olímpica en la que confía en alcanzar su segunda final consecutiva, para lo cual cree que la marca exigida rondará los 18,50 metros.
"La lesión me ha obligado a trabajar de manera más inteligente para ser más ingeniosa y meticulosa en los detalles, lo que me ha permitido mejorar, también para el futuro", declaró este sábado en una entrevista con la Agencia EFE.
El principal obstáculo será la clasificación para la final, "donde todo se juega en pocos lanzamientos y a una hora inusual, por eso hay que mantener al máximo la concentración", algo en lo que le ha insistido su entrenadora, la ex campeona cubana de lanzamiento de jabalina Dulce Margarita García.
A pesar de que el objetivo será colocarse de nuevo entre las mejores, la lanzadora chilena no renuncia de antemano a "plantar más batalla".
"La experiencia me ha demostrado que en las grandes citas siempre he dado el máximo y solo depende que ese día y a esa hora esté mejor que el resto de atletas", recordó Natalia Ducó (San Felipe, 1989).
En todo caso, dada su juventud, todavía aspira a disputar "uno o dos Juegos Olímpicos más siempre que me respeten las lesiones y también se mantengan las ganas de mejorar", afirmó una de las grandes esperanzas de Chile en los próximos Juegos, los primeros de la historia que se celebran en Sudamérica.
Para ello, no dudó en elegir la instalación leonesa donde ha encontrado "todas las facilidades para cumplir la planificación prevista de cara a los Juegos", lo que le permitió "mejorar un mundo", tan solo unos días antes de emprender viaje a Brasil para afrontar su tercera cita olímpica con 27 años.
Ducó, ex campeona del mundo júnior y finalista en Londres 2012, donde logró mejorar el registro chileno con 18,80 metros, ha formado parte, "como una más", del grupo de lanzadores españoles y alguno también hispanoamericano, que tienen en el CAR de León su centro de operaciones.
"He recibido todos los cuidados médicos y recuperadores que necesitaba, compartiendo y colaborando con el resto de atletas y entrenadores, por ello gran parte de lo que obtenga en Río de Janeiro se lo deberé al apoyo prestado en León", reconoció.
De momento, ha encauzado esta importante temporada ya que llegó hace más de dos meses a León con una mejor marca de 17,45 y el pasado fin de semana en Leiria (Portugal) se impuso en la prueba de lanzamiento de la bala con un registro de 18,19, todavía lejos de lo que es capaz de hacer.