El capitán de la selección verdeamarilla retornó a Sao Paulo con un discurso triunfalista y con una nula autocrítica, pero los desilusionados hinchas no tardaron en hacerle sentir su rechazo.
Pese a la dolorosa e inesperada derrota en los cuartos de final de Alemania 2006 tras caer sin reacción ante Francia, el regreso de la selección brasileña a Sao Paulo tuvo un discurso triunfalista encabezado por su capitán Cafú, quien fue recibido con duros epítetos por parte de la frustrada parcialidad verdeamarilla.
"Esta es una selección vencedora. No se puede manchar la imagen de la selección por ese partido", comentó Cafú, con nula autocrítica, a su llegada al aeropuerto internacional de Sao Paulo, mientras la afición opinaba todo lo contrario.
"¡Jubílate! ¡Viejo! ¡Anciano!", fueron algunos de los gritos que el defensa escuchó de los aficionados, pese a lo cual insistió en que a sus 36 años todavía puede jugar con la selección, y que "el próximo entrenador tendrá el derecho de renovar o contar con los jugadores veteranos".
De la mano de Carlos Alberto Parreira, Brasil mostró uno de los peores niveles futbolísticos que se recuerden y tuvo una actuación para el olvido ante Francia, cayendo por 1-0 en los cuartos de final pese a que llegó a Alemania como el máximo favorito.
Cafú señaló que ante los galos "no faltó voluntad", y subrayó que "perdimos porque no supimos reaccionar después sufrir el gol, no tuvimos fuerza".
"La lección que queda es que no siempre vence el mejor. Eramos considerados los mejores y se esperaba que diéramos espectáculo, pero otras selecciones nos sorprendieron", afirmó el capitán brasileño. (EFE)
