"De no haberlo hecho yo, lo habría hecho otro", afirmó el delantero de Chelsea.
El atacante aseguró que todo el plantel galo estaba en contra del seleccionador.
El seleccionado francés Nicolas Anelka rompió su silencio y justificó sus insultos en el Mundial de Sudáfrica contra el técnico Raymond Domenech, al asegurar que "en algún momento tenía que explotar".
El atacante de 31 años hizo sus declaraciones al diario francés France Soir. "De no haberlo insultado yo, lo hubiera hecho otro. Todos en el equipo éramos de la misma opinión", aseguró.
El delantero de Chelsea contradijo además informaciones de medios de comunicación que relataban que los "cabecillas" del equipo francés en Sudáfrica habían forzado a los jóvenes jugadores a sumarse al boicot a un entrenamiento, con el cual los "bleus" protestaron contra la exclusión de Anelka tras los insultos.
"Todos eran solidarios. Si hubo algún jugador que quería entrenar, que lo diga ahora", exigió el jugador galo que hace poco prolongó hasta 2012 su contrato con el club londinense.
Según France Soir, Anelka está aún visiblemente furioso pese a estar actualmente de vacaciones en Bali con su mujer y dos hijos.
Francia, campeón mundial de 1998, quedó eliminado en Sudáfrica en la fase grupal tras dos derrotas y un empate. Pero el equipo no sólo tuvo un mal desempeño en el césped, sino, sobre todo, fuera del terreno de juego con los graves insultos de Anelka a Domenech en el entretiempo del partido contra México, la exclusión del delantero y la huelga de los jugadores, hechos que provocaron indignación en el país.
El atacante aprovechó de responder al ex seleccionado galo Bixente Lizarazu, quien dijo que en Sudáfrica todos perdieron la cabeza.
"Lo mejor sería que se callara", replicó Anelka. "Lizarazu, ¿quién es ahora?", añadió.
