La Roja cedió la mayoría de los sets por balones negativos.
Daniel Nejamkin, técnico chileno, reconoció debilidad del equipo en situaciones de presión.
Chile, con un juego potente aunque con falta de concentración, se vio impedido de subir al podio del Campeonato Sudamericano de Vóleibol masculino tras caer por 18-25, 22-25 y 21-25 ante la selección argentina, que se colgó el bronce gracias a una ordenada actuación a través de 1h15' en el CEO 2 de Ñuñoa.
El primer lapso fue de estudio y culminó cerrado con intensos ataques por ambos costados. Sin embargo, el golpe anímico de los nacionales, que ya habían cerrado un duelo por 1-3 en la fase grupal frente a los trasandinos, pesó el resto del encuentro.
La diferencia remontable del segundo set se mantuvo estable debido a la presión que afectó en los momentos definitorios a los dueños de casa, algo que confirmó el head coach Daniel Nejamkin.
"Nos encontramos con la mejor versión de Argentina y nada. Nos ponemos ansiosos y pareciera que la única manera de salvar situaciones difíciles es el ataque, y es justamente lo que menos tenemos, comparados con los mejores de América", expresó.
Gracias al ánimo constante que el entrenador le entregó a sus pupilos, Chile pudo alzarse en el marcador en el tercer tanto, donde el DT Julio Velasco, con buen control de los tiempo técnicos, rompíó el enfoque de los rojos para tomar control y cerrar 25-21 en casi media hora de juego.
Una de las claves para esto, según el central rosarino Sebastián Solé, fue empezar "a meter el saque, que ahí se vieron complicados", aunque al final, el mayor impulso fue "seguir jugando porque quedaba un partido para entrar en el podio".
La definición por el oro, en tanto, se juega entre Brasil, campeón olímpico, y Venezuela, que sorprendió en la clasificación semifinal el jueves.
