Se presentaron con una categórica ventaja de 3-0 en el cuarto juego de la final de la NBA, pero la posición que disfrutó Golden State Warriors fue sacudida con un magistral desplante de Cleveland Cavaliers, que al derribar récord tras récord consiguió registrar una cuenta de 137-116 para mantener su ilusión al título.
Bajo el mando de Kyrie Irving y LeBron James, los Cavs sorprendieron a todos con un arrollador primer cuarto, que validaron con 49 tantos para entrar en la historia del baloncesto norteamericano.
En el segundo parcial, una cascada de triples mantuvo la diferencia de 18 puntos, permitiendo a los dueños de casa en el Quicken Loans Arena llegar al descanso como el equipo más ofensivo en la historia de los playoffs (86-68).
Como mejor carta ofensiva de los Cavaliers, Irving se anotó con 40 tantos y 7 rebotes, mientras que James, con brillo propio, superó a Magic Johnson al sumar su noveno triple-doble en NBA Finals con 31 puntos, 10 rebotes y 11 asistencias.
En la vereda contraria, Kevin Durant se mantuvo consistente a su actuación en los primeros tres duelos, marcando 35 puntos, mientras que Stephen Curry decepcionó con apenas 14.
El trabajo de la dupla de Cleveland se vio fuerte hasta el final, gracias al apoyo de Kevin Love, JR Smith y Richard Jefferson.
Punto aparte en el desarrollo del juego fue el desempeño arbitral, que en reiteradas ocasiones exageró con los cobros y dejó pasar faltas flagrantes.
El próximo juego entre ambas escuadras tendrá lugar el 12 de junio en el Oracle Arena de Oakland.