La triatleta chilena aseguró que en 2018 tomará la decisión de ir a los Juegos Olímpicos en Japón.
"Dependerá mucho del fuego interno que tenga", aseguró.
La triatleta nacional Bárbara Riveros nuevamente dejó en claro que dependiendo de su estado físico y anímico se animará presentarse o no en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, decisión que tomará en el año 2018.
En conversación con El Mercurio, Riveros fue enfática en decir que la decisión "pasa más por si me siento preparada para hacer algo mejor. Y si no me siento preparada, no voy a ir por presentarme a Tokio. O hacer cosas para dejar al resto de la gente contenta".
"Dependerá mucho del fuego interno que tenga. De las ganas de poder hacer algo mejor. Si esa motivación no está, obviamente no voy a decir o hacer algo que, a lo mejor, la gente quiere escuchar, sino que seré honesta conmigo", complementó.
La deportista explicó que el proceso para ir a un Juego Olímpico es "duro, porque si uno no está con todas sus capacidades, sobre todo motivacionales y equilibrada, no es salir y decir 'quiero ir'. Tiene que ser algo que te llame a hacer algo mejor. Creo que definiré recién dos años antes de los Juegos. El ciclo olímpico es un período de cuatro años, con altibajos, así que esperaré".
En cuanto a su rendimiento en las competencias, la chilena manifestó que "todos los parámetros hay que mejorarlos, sin descuidar ninguno y obviamente tratando de mejorar el pedestrismo. Cuidarse de las lesiones es clave. La brecha cada día se hace más estrecha y pequeños detalles marcan la diferencia. Creo que mejoré en las tres disciplinas".
"Si uno quiere ganar una competencia, tiene que dominar más el trote. Las corredoras que me ganaron en Río siempre fueron más rápidas que yo, mejores corredoras. A lo mejor no soy tan talentosa en ese aspecto, pero soy una buena corredora bajándome de la bicicleta. Y eso me gustaría seguir potenciándolo, para dominar más ese tramo", añadió.
Finalmente, sobre los posibles cambios que puede recibir su especialidad en Tokio 2020, aseveró que "el triatlón es conocido como un deporte duro. Y en el momento en que se cambia la distancia, ese aspecto de dureza, de dos horas de competencia, cambiaría totalmente. El tema no pasa por poner una distancia sprint, sino por hacer un circuito más atractivo para el público, que lo mantenga emocionado, metido en la competencia y no por acortar la distancia".
