Bélgica, Francia y Luxemburgo acordaron una solución para salvar al banco Dexia, informaron este domingo en un comunicado, en el que no se dan precisiones.
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El ministro belga de Finanzas, Didier Reynders y el primer ministro en funciones belga, Yves Leterme, tras reunirse en Bruselas. (Foto: EFE) |
La fórmula para asegurar la sobrevivencia de dicha entidad será sometida a un consejo de administración que se reúne este domingo y "es el resultado de intensas consultas con todas las partes involucradas", agrega la nota.
Los tres países reafirmaron su solidaridad en la búsqueda de una solución para garantizar el futuro del banco y expresaron su "total respaldo" a las propuestas del órgano gestor del grupo.
El primer ministro belga en funciones, Yves Leterme, y su homólogo francés, Francois Fillon, se reunieron este domingo en Bruselas para buscar un acuerdo sobre el desmantelamiento ordenado de Dexia. En la cita participaron también autoridades de Luxemburgo.
El precio a pagar por Dexia Banca Bélgica y la parte de garantías que asumirá cada socio en el "banco malo" que se pretende crear con los activos tóxicos del grupo, del que se convertirían en garantes Bélgica y Francia, son los elementos sobre los que hay más divergencias, según los medios locales.
Leterme ha dado a entender que la suma que Bélgica desembolsará por retomar el control de Dexia Banca Bélgica debería situarse entre los 3.500 y los 8.000 millones de euros.
Sobre la garantía que asumirá su país, expresó que puesto que el estado tiene un 63 por ciento de las acciones del grupo, la parte belga no debería superar los 63 mil millones de euros, informó el diario económico L'Echo.