La agencia europea destacó los bajos niveles de deuda y una buena posición de partida del país para cumplir con las obligaciones financieras.
En concreto, estima que el PIB nacional crecerá un 6,2% y un 3,8% en 2021 y 2022, respectivamente.
La firma Axesor Rating confirmó la calificación no solicitada de A- con tendencia estable sobre la República de Chile, por las perspectivas de crecimiento económico este año y el próximo.
Desde la agencia de calificación europea consideran que la economía chilena crecerá a un ritmo del 6,2 por ciento este año 2021 y del 3,8 por ciento en 2022. Estas cifras, dice el documento, se producen tras la contracción del 5,8 por ciento interanual por el impacto de la pandemia.
"Este crecimiento vendrá impulsado por la importante mejora del consumo privado y llevará al país en segunda posición del ranking de economías de la región, solo por detrás de Perú. Aún así, no será hasta 2023 cuando se recuperen los niveles pre-crisis", señala la calificadora.
"Estas expectativas de crecimiento se encuentran condicionadas por el cumplimiento del calendario de vacunación y por la elevada dependencia del país de China y Estado Unidos como consecuencia de la actividad exportadora del cobre", agrega el informe.
En relación al mercado laboral, Axesor Rating apunta a una recuperación progresiva: así, tras el incremento de la tasa de desempleo de tres puntos en 2020 (hasta el 10,8 por ciento), se espera que esta se reduzca a niveles del 9 por ciento y 8,2 por ciento en 2021 y 2022, respectivamente.
No obstante, señala el impacto negativo de la "elevada tasa de temporalidad que aumenta la tasa de rotación de trabajadores, así como la baja inversión en formación redundando en una menor productividad y un crecimiento estructural menor".
También en la parte negativa, se advierte de los altos niveles de deuda privada de Chile, por encima de sus comparables.
Axesor Rating valoró positivamente el "historial de políticas fiscales coherentes que han minimizado el impacto de la crisis -provocada tanto por el Covid-19 como por los menores ingresos por el bajo precio del cobre- sobre las cuentas públicas chilenas, con un déficit fiscal que alcanzó el 8 por ciento del PIB en 2020 (cinco puntos por encima de el del año anterior)".
De cara a los próximos dos años se espera que la recuperación económica permita retomar la senda de control del déficit público, con correcciones de entre tres y cinco puntos porcentuales en los ejercicios de 2021 y 2022. Es decir, hasta el -5 por ciento y -2,8 por ciento, respectivamente.
Tal y como ocurrió en el anterior informe de calificación, Axesor Rating destacó los "niveles moderados" de deuda pública, que se espera cierre 2021 en un 33,6 por ciento sobre PIB, algo más de un punto por encima de 2020 (32,5 por ciento sobre PIB).
Con todo, desde Axesor Rating señalan que "la cifra se mantiene en niveles considerablemente menores respecto a otros países desarrollados y emergentes. Esta buena posición se refuerza considerando la deuda neta sobre PIB que cerró el último año en un 8,6 por ciento beneficiada por los activos financieros que detentan tanto el Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) como el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) que ejercen como buffers ante posibles imprevistos".
Según el Índice de riesgo país EMBI -que mide el diferencial entre los bonos del Tesoro de Estados Unidos y los bonos denominados en dólares de los países emergentes-, el precio a pagar por las emisiones chilenas es bajo, situándose aproximadamente en la mitad que sus homólogos tanto latinoamericanos como de los del resto del mundo.
En este sentido, y pese a la volatilidad experimentada durante el mes de marzo, "la situación actual es de estabilidad, con fácil acceso a los mercados y con costes similares a los previos a la crisis sanitaria", detalla el informe.
Por otra parte, la agencia de calificación europea destaca las "excelentes posiciones líquidas" de Chile, en torno al 23,9 por ciento del PIB a cierre de 2020.
En su calificación Axesor Rating valoró además la solidez del sector bancario chileno, altamente concentrado y con una "sobresaliente rentabilidad meda del 15,8 por ciento". Sin embargo, el informe también advierte de la reducción de la misma con respecto a 2019 (16,5 por ciento).
Pese a que la morosidad en la banca de Chile se sitúa en niveles notablemente bajos del 1,8 por ciento a cierre de 2020, se advierte del "previsible incremento como consecuencia de la contracción económica y su efecto sobre las empresas en un país en el que la presencia de empresas de reducida dimensión es notable".
Respecto a la inflación y la fortaleza de la moneda nacional, el sistema de cambios flotantes establecido en 1999 y el objetivo inflacionario de entre el 2 por ciento y el 4 por ciento establecido por el Banco Central de Chile, han contribuido a que el peso chileno sea la moneda con la menor volatilidad media de las principales divisas latinoamericanas, según la agencia.
Por último, la calificación considera de forma positiva "la fortaleza del marco institucional del país del Cono Sur de Latinoamérica, a la vanguardia de la región durante muchas décadas y con una alta valoración de en los indicadores de gobernanza global del Banco Mundial".
Pese a ello, el debilitamiento del crecimiento económico, la elevada desigualdad o los casos de corrupción hacen que Chile se enfrente a un periodo exigente con numerosos retos en un contexto complejo, en el que además se está llevando a cabo una reforma legislativa e institucional que "esperamos que refuerce la calidad de su democracia sin debilitar las fortalezas institucionales y consensos que han permitido el país obtener buenos resultados durante las últimas décadas", cierra el informe.
