El nuevo presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, Bernardo Larraín Matte, explicó esta tarde en Cooperativa cuáles son los objetivos y los ejes orientadores de su gestión, que inició el pasado 31 de mayo en medio de un publicitado escándalo de espionaje y en medio de la comentada crisis de confianza de las instituciones.
"Son hechos delictuales que le corresponde investigar a la Fiscalía", dijo el empresario, evitando profundizar en el denominado "Sofofagate", pero descartando que el episodio haya quebrado a la organización.
"Aún habiendo sido un proceso electoral con diferencias de opinión –muy legítimas, por lo demás-, finalmente la Sofofa está muy unida por una causa, que es, básicamente, la de validar la actividad empresarial, y una vez validada, aspirar también a ser incidentes en el debate de las políticas públicas", dijo el también presidente de Colbún a Lo Que Queda del Día.
Larraín comentó que la crisis de confianza "es un fenómeno mundial y afecta a todas las instituciones", pero para el empresariado en particular supone una "exigencia de subir los estándares de transparencia" y "conversar con la mayor cantidad de personas posibles, visibilizarnos como empresarios".
"Creo que al país no le sirven los empresarios invisibles o los empresarios que están colgados de un arco atajando goles. Tenemos que mostrar lo que hacemos, las razones por las cuales nos levantamos cada mañana", dijo enfático, sin descartar la opción de ingresar a Twitter, siguiendo los pasos de Andrónico Luksic: "Nos tendrán haciendo nuestros planteamientos por las redes sociales".
No a las sanciones gremiales
El ingeniero comercial se manifestó favorable a las "sanciones altas y claras", en el ámbito legal, respecto de las "malas prácticas" como la colusión, "porque inhiben el comportamiento".
En contraste, restó valor a las "sanciones gremiales", como posibles suspensiones o expulsiones de determinadas compañías u holdings de las organizaciones empresariales: "Las responsabilidades directas son determinadas por los tribunales (...) y es completamente redundante la sanción que pueda aplicar un gremio".
Ante casos como el señalado -recordó que él mismo, como director de CMPC fue apuntado por la colusión del confort- dijo que "reflexiones hay que hacer, aprendizajes también, elevar estándares, por supuesto, pero quienes son competentes para determinar responsabilidades y sanciones son los tribunales" y "en una sociedad moderna hay que respetar mucho eso".
"El ejemplo que nos da el mundo desarrollado (...) es que cada caso de malas prácticas sea una oportunidad para subir estándares de transparencia, de gobierno corporativo, de cultural organizacional. Ésa es la reflexión que hacemos (...) Las empresas se engrandecen enfrentando bien sus problemas", remató.