El economista de la Universidad de Chile Ricardo Ffrench-Davis destacó la importancia del proyecto de reforma tributaria del Gobierno de Michelle Bachelet para combatir la desigualdad y afirmó que una vez aprobada, la iniciativa generará mayor estabilidad social en el país, beneficiando las inversiones y el crecimiento.
Ffrench-Davis, doctor en economía de la Universidad de Chicago y Premio Nacional de Ciencias y Humanidades, lanzó recientemente el libro "Entre el neoliberalismo y el crecimiento con equidad", en el que repasa las políticas económicas de los últimos 40 años.
En ese contexto, analiza el debate generado por la actual de la reforma tributaria y critica la política de "desinformación" que ha existido desde algunos sectores, pero que no es nueva.
Recordó en este sentido "las declaraciones tremebundas en la prensa (...) diciendo que la reforma tributaria del Presidente Aylwin iba a destruir la economía chilena", algo que no sucedió.
Tras la reforma de inicios de los '90 "tuvimos paz social y tuvimos empresarios que pagaban más impuestos, pero estaban ganando más plata, porque la economía empezó a crecer, porque hubo mejor infraestructura, se mejoraron los sueldos de los profesores, se creó un entorno de tranquilidad social".
Si bien Ffrench-Davis reconoce que la reforma actual puede tener aspectos corregibles, valoró los objetivos de fondo del Ejercutivo.
"La tarea del Gobierno es que realmente todo el conjunto de la reforma tributaria recoja de manera apropiada las intenciones, y ¿cuáles son las intenciones? Que la mayor parte del ingreso tributario lo pague el 20 por ciento de chilenos de mayor ingreso". Con esto "el resto de los chilenos va a estar recibiendo los beneficios de la educación, de la salud, y el 20 por ciento de los más ricos va a estar recibiendo un país que vive en paz", sentenció.
Hoy y mañana
El decano de Facultad de Economía de la Universidad de Chile, Manuel Agosín, coincide en la necesidad de la reforma tributaria y señala que su discusión debe separarse de los datos de la contingencia, en el contexto de la desaceleración.
"La reforma tributaria hay que hacerla, no preocuparse del último dato que salió en alguna parte sobre la economía internacional o el empleo", dice Agosín.
"La reforma tributaria es un programa para el largo plazo, no es un programa para mañana. Entonces, si considerábamos ayer la reforma tributaria como buena, tenemos que seguir considerándola hoy como buena", argumenta.
Manuel Agosín. (Foto: UPI)
El académico piensa que en este proyecto se están jugando "las posibilidades de crecimiento de largo plazo de la economía". Por tanto, "esta reforma tiene que ir y no preocuparse de los vaivenes que estamos experimentando de un día para otro".
Tomás Flores, ex subsecretario de Economía del Gobierno de Sebastián Piñera, tiene una visión distinta.
A su juicio el Gobierno debe moderar su discurso, pues apenas apareció en el mapa público la agenda tributaria, disminuyó la inversión y el crecimiento de país.
"En la medida que la probabilidad de un aumento sustancial de impuestos es internalizada, es percibida por las personas, su comportamiento empieza a cambiar, y a partir de ello yo creo que tenemos un cambio en la coyuntura de crecimiento de un país que crecía a una tasa más alta, y que hoy día lo está haciendo a un ritmo más bajo", plantea.
De cara a la votación
La Sala de la Cámara de Diputados será escenario este martes y miércoles de la votación del proyecto de La Moneda.
Ad portas de ese debate el jefe de la bancada de diputados de la DC, Matías Walker, destacó que "esta reforma tributaria y esta reforma educacional no están pensadas en la próxima elección, están pensadas en la próxima generación".
"Nosotros nos sentimos protagonistas de un momento histórico como Nueva Mayoría. Por eso van a estar nuestros votos el día martes y el día miércoles", dijo.
Desde la oposición el diputado de la UDI Javier Macaya retrucó señalando que "gran parte de la ciudadanía considera que éste es un mal proyecto".
"Lamentablemente el ministro de Hacienda, don Alberto Arenas, no ha tenido la capacidad de escuchar, de dialogar, de poder incorporar perfeccionamientos y mejoras a este proyecto de ley, y ha pasado por la Comisión de Hacienda, literalmente, la famosa aplanadora, la retroexcavadora", alegó.
"Acá no ha habido ninguna posibilidad de incorporar adecuaciones o mejoras que hagan que la UDI pueda cambiar de opinión. Yo dudo que en esta semana exista posibilidad de presentar indicaciones, y desde esa perspectiva nosotros tenemos la convicción de que éste es un mal proyecto para Chile, razón por la cual vamos a votar en contra", adelantó.