El Gobierno apuesta a que la tramitación en el Congreso del proyecto de reforma tributaria dado a conocer públicamente la noche del jueves mediante una cadena nacional, se extenderá por alrededor de tres o cuatro meses, de modo que podría entrar en vigencia el próximo 1 de septiembre.
Según indica La Tercera, el Ejecutivo ya comenzó durante la tarde de ayer a tomar contacto con algunos líderes de la Concertación para abogar por una rápida tramitación de la iniciativa.
La reforma ingresará al Parlamento el lunes con suma urgencia en dos proyectos separados: uno que recoge los cambios a los precios de los combustibles y otro que incluye todo el resto de la propuesta "en un solo gran proyecto de ley". Esto buscaría que la oposición no apruebe solamente las alzas y rechace las bajas impositivas.
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Piñera habría hecho ver a los timoneles oficialistas que la baja del impuesto a los combustibles "no era de su agrado". (Foto: UPI)
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Estas materias fueron abordadas por el Presidente, los ministros del comité político y el titular de Educación en una reunión realizada ayer por la tarde en La Moneda, con los timoneles, jefes de bancada y parlamentarios oficialistas de las comisiones de Educación y Hacienda.
Según el diario, "durante la reunión, Piñera admitió que los cambios en el impuesto específico al combustible no eran de su agrado, pero que había accedido a incluirlo tras la insistencia de la UDI".
Esta medida había sido levantada con insistencia por el gremialismo y en los últimos días incluso llegó a plantearse como "condición" para dar luz verde al "perfeccionamiento" de sistema impositivo.