El Gobierno calificó como "dolorosa" la decisión de la empresa MMX, del magnate brasileño Eike Batista, de abandonar su proyecto de explotación de hierro en la región de Atacama, que estaba en fase de cartografía geológica.
El principal motivo de esta decisión fue que los problemas de abastecimiento de energía, aumentaban los costos de inversión y así el proyecto se volvió "menos atractivo" para la compañía.
El ministro de Economía, Pablo Longueira, señaló que "nos preocupa, en la región de Atacama se han impedido muchos proyectos de inversión muy relevantes para el país y creo que los chilenos tenemos que tomar conciencia que Perú es una plaza que crecientemente se está haciendo muy atractiva para el desarrollo minero".
Longueira agregó que "Chile no puede perder la competitividad que tiene en esta área, y es por eso que esperamos tramitar con mucha prontitud los proyectos eléctricos que son muy importantes para la generación".
"Obviamente que nos duele que un proyecto minero no se realice porque tenemos un problema de certeza jurídica para poder desarrollar estos proyectos", finalizó el secretario de Estado.
En Atacama también hay preocupación
En Atacama hablan de un "frenazo energético" y calculan que hay 17 millones de dólares (cerca de 8 mil millones de pesos) en proyectos paralizados por falta de energía.
El presidente de la Corporación para el Desarrollo de Atacama, Carlos Nicolás, explicó que "la única solución es que se destrabe la construcción de las nuevas centrales generadoras de energía y mientras ese punto no sea resuelto, los proyectos que no habían partido su construcción, como es el caso de la mayoría, no van a poder partir".
El seremi de Minería de la región, Mauricio Pino, reconoció también un desfavorable panorama para la inversión minera al señalar que la situación hídrica y eléctrica no es propicia para los proyectos.
Sin más energía disponible, no hay espacio para nuevas faenas, sino sólo para las que ya contrataron el abastecimiento, como el caso de la minera Lumina Copper y su proyecto Caserones, en Tierra Amarilla.
"Usted podrá imaginar que en proyectos de esta envergadura los contratos de energía los hacen previos al inicio de la operación, porque no podría arriesgarse la construcción de una inversión -por ejemplo, en el caso nuestro- que supera los 3.000 millones de dólares, si es que no hubiesen contratos previos que permitieran contar con la energía requerida", comentó el gerente de Asuntos Públicos de Lumina, Jaime Andrade.
Eike Batista pretendía alimentar de energía a la faena minera con la central termoeléctrica Castilla, la que fue paralizada por la Corte Suprema.