Subsecretario del Trabajo valoró buen ambiente para desarrollar la discusión.
Trabajadores esperan que el miércoles el Gobierno lleve una propuesta a la mesa.
Sin avances terminó la primera jornada de trabajo de la mesa de negociaciones entre el Gobierno y los trabajadores, compuesta por los 14 gremios del sector público y los ministros de Hacienda, Felipe Larraín y del Trabajo, Camila Merino.
Los trabajadores exigen un reajuste de un 8,9 por ciento en sus salarios, bonos, mejoras en sus condiciones laborales y la reincorporación de sus compañeros desvinculados en las distintas reparticiones públicas.
Pese a que el Gobierno no presentó una contrapropuesta ya que espera un análisis más acabado del petitorio de los trabajadores, el subsecretario del Trabajo, Bruno Baranda, señaló que se observa una buena disposición de las partes para negociar.
"De una u otra forma hemos ido avanzando en clarificar los objetivos, algunos requerimientos y solicitudes, pero en general hay muy buena disposición, muy buen ánimo y con mucha seriedad y confianza se ha ido generando un ambiente que no cabe duda permite dar los siguientes pasos", explicó Baranda.
Por su parte, el presidente de la CUT Arturo Martínez, que coordina la mesa del sector público, dijo que los gremios explicaron al gobierno sus puntos esenciales y esperan que los avances se zanje en reuniones venideras.
"El tema de las contratas de nuestra propuesta fue muy concreta" de juntar a todos y "sobre todo ese universo hacer un 80 por ciento de trabajadores contratados de planta", sostuvo Martínez, quien cree que "después de esto ya hay espacio para empezar la negociación definitivamente", mientras que el presidente de la ANEF, Raúl de la Puente, espera que este miércoles el Gobierno entregue su propuesta.
"El miércoles esperamos por parte del Gobierno un pronunciamiento ya, porque nosotros hemos puesto las cartas sobre la mesa y hemos dicho lo que queremos cada uno de los puntos", y por ello "queremos que también muestren sus cartas", dijo.
