Un análisis de la Corporación de Investigación, Estudio y Desarrollo de la Seguridad Social (Ciedess) concluyó que el debatido traspaso de las Fuerzas Armadas al sistema de capitalización individual de pensiones puede bajar pensiones y tasas de reemplazo de los uniformados.
El modelo previsional de las FF.AA., con los sistemas Capredena y Dipreca, tiene un funcionamiento similar al de reparto que tenía Chile hasta antes de 1981 y las pensiones llegaban a un promedio de 1,1 millón en promedio en 2017; realidad muy distinta a los cotizantes de AFP, con la capitalización individual, donde las pensiones llegaban a un promedio de 644 mil pesos.
Desde el Gobierno han señalado que en la Reforma Previsional, que se presentará antes de septiembre de este año, no está considerado analizar un pronto traspaso, pese a los recientes escándalos por la posibilidad de manipular las bases sobre las que se calculan los beneficios.
De acuerdo al estudio, bajo las condiciones actuales e incluso en el supuesto de la máxima estabilidad laboral y aplicando las reglas de imponibilidad, la entrada al sistema de AFP implicaría que la pensión de un suboficial con 30 años de servicios sería inferior a 270 mil pesos o un 12 por ciento de tasa de reemplazo, informa el diario La Tercera.
Esto, considerando que el sistema previsional de las FF.AA y de las Fuerzas de Orden es el último remanente del viejo sistema de Cajas de Previsión, que funciona como un sistema de reparto, donde un solo administrador integra la totalidad de la seguridad social.
En este sentido, este sistema de reparto en las FF.AA mantiene una lógica diferente a la capitalización individual, generando prestaciones por antigüedad en lugar de por vejez, lo que dificulta su integración con éste, señala el rotativo.
Además, señala el estudio, arrastra importantes dificultades económicas, al requerir para su mantenimiento una contribución fiscal superior al 90 por ciento de su financiamiento.
Otro problema es la importancia que ha adquirido el sector pasivo, puesto que, considerando al considerar aquellos que acceden a pensión en Capredena, en 2011 llegaban a 105 mil personas versus los 64 mil imponentes activos a esa fecha, generando una relación de 0,6 activos por cada pasivo.
Traspaso
Dado los antecedentes, el informe plantea que la modificación del sistema de pensiones en las FF.AA provocaría un empeoramiento de la actual situación financiera: "Ello por cuanto la existencia de derechos en curso de adquisición por parte de la generación presente obligaría a tener un periodo de convivencia de regímenes. Es decir, se produce la problemática financiera de un cambio de reparto a capitalización, la cual tiene relación con el financiamiento de las generaciones de transición de un sistema a otro".
Una segunda consecuencia, sería que la nueva generación bajo el sistema de capitalización no tendría mejores perspectivas: "Una persona que termine la carrera quedaría con una densidad previsional del 75 por ciento, al tener solo 30 años de aportes (duración de la carrera militar), en lugar de los 40 que considera el mundo civil".
Y en tercer lugar, de solucionar la duración de la carrera, quedaría abordar la base imponible reducida: "El nivel de remuneración existente hace que los primeros grados del escalafón de suboficiales quede fuera de la capacidad de cotizar por no alcanzar el ingreso mínimo mensual, acortando el tiempo de acumulación de recursos en el periodo que tome obtener el ascenso", señala el estudio.
¿Qué proponen?
El estudio concluye que reformar los regímenes de las FF.AA. implica un considerable uso de recursos, pero "estos costos corresponden simplemente a un sinceramiento de la situación actual, permitiendo apreciar y fiscalizar realmente el uso de los recursos, reduciendo el espacio para las situaciones de abuso de derechos y evitando los escándalos de manipulación de las pensiones".
Teniendo claro que uno de los problemas que presentan los regímenes de seguridad social integrados es el importante espacio que existe para distorsiones, el documento sostiene que "esta situación hace completamente incompatible cualquier cambio que se funde sobre estas bases, por lo cual un sinceramiento de las condiciones de funcionamiento del sistema es necesario".
"Ello implica necesariamente regularizar el nivel de las remuneraciones, cuestión que ha sido objeto de cuestionamientos no solo respecto a las FFAA, sino a nivel de la administración pública: los ingresos no remuneracionales debiesen tener un límite máximo", agrega.
Al mismo tiempo, sugiere que una modificación requiere, en primer lugar, dar una real finalidad previsional al sistema. "En resumen, debe ser compatible con el sistema general", precisa.