Bolsonaro gestiona mal la cultura en Brasil, critica el actor Carlos Vereza
Carlos Vereza es uno de los pocos artistas brasileños partidarios abiertamente del presidente Jair Bolsonaro.
Carlos Vereza es uno de los pocos artistas brasileños partidarios abiertamente del presidente Jair Bolsonaro.
Uno de los pocos artistas brasileños partidarios abiertamente del presidente Jair Bolsonaro, el actor Carlos Vereza, evalúa negativamente la gestión cultural del mandatario en una entrevista con Efe en Madrid, donde presentó su primera película como director, "El trampo".
Bolsonaro está "llevando mal" la gestión cultural por "prejuicio de sus asesores", no de él, dice el actor, que visitó al presidente de Brasil cuando se recuperaba en el hospital de un apuñalamiento durante la campaña electoral del año pasado.
"El hecho de que voté por él no significa que yo sea un fanático -matiza-. Su formación lo hace priorizar ciertas imágenes militares, con las que no estoy de acuerdo. No puedo pedirle a Bolsonaro que sus ídolos sean Baudelaire, Rimbaud o Velázquez", argumenta Vereza.
La semana pasada, Bolsonaro llamó "héroe nacional" al difunto coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, que era el jefe del organismo del ejército de Sao Paulo condenado por torturar a varios presos políticos durante la dictadura (1964-1985).
Según Vereza, Bolsonaro tiene la percepción de que la cultura fue muy "mal utilizada y explotada de manera incorrecta" por los gobiernos anteriores, del Partido de los Trabajadores de Lula da Silva, y por lo tanto "fue al extremo opuesto".
"Tiene una mirada un tanto sectaria hacia la cultura, debido a que los artistas lo criticaron fuertemente. Creo que todavía tiene un rastro de venganza", precisa. "Y creo que tiene que ser más flexible con la cultura", agrega.
Vereza reprocha la intención del presidente de trasladar la agencia reguladora del cine brasileño, la Ancine, de Río de Janeiro a Brasilia, por el hecho de que los profesionales que trabajan en ella, según el actor, sacaron su plaza para trabajar en la ciudad costera, no en la capital.
Pero al mismo tiempo elogia que Bolsonaro cambiara de idea sobre acabar con el órgano, por haber tomado conciencia de que la Ancine no es culpable de su mala gestión financiera anterior.
Añade que la ley de incentivo de la cultura, conocida como "Ley Rouanet", debería tener un techo mayor de captación de recursos para los musicales, de hasta 6 millones de reales, propone, por tratarse de una industria con un coste de producción y mantenimiento más alto que el cine.
"El límite pasó de 60 millones a 1 millón. Con este dinero, yo hago dos largometrajes, pero quien hace un musical, no", comenta en alusión al gasto en bailarines y músicos.
En general, Vereza describe al gobierno de Bolsonaro como "muy bueno" y cita como medidas positivas -"que no salen en la prensa, que es de izquierda"- la supresión de los impuestos a la importación de medicamentos contra el cáncer y el VIH y su sesgo liberal en la economía, con la intención de privatizar empresas.
Considera que no se arrepiente "todavía" de haber votado a Bolsonaro, pero advierte que puede cambiar de idea si no le gusta lo que hace el gobierno.
Después de sesenta años como actor, Vereza debutó como director esta semana en el International Film Fest (IFF) de Madrid, de cine emergente.
La historia de "El Trampo" relata el asesinato de una jueza por parte de dos sicarios. El de más edad, interpretado por Vereza, afronta un conflicto ético después del crimen.
El actor explica que el tema principal de la película refleja una realidad todavía vigente en Brasil. "Río de Janeiro está infestado de sicarios. Puedes llamarlo milicianos, lo que quieras", explica. Son asesinatos de encargo o lo que se llama el "trampo pagado" en este contexto.