"La peregrina", la perla de Liz Taylor, regresa a París
La casa de subastas Christie's la venderá en diciembre próximo.
También perteneció a la Corona de España durante ocho generaciones.
La casa de subastas Christie's la venderá en diciembre próximo.
También perteneció a la Corona de España durante ocho generaciones.
La legendaria perla conocida como "La Peregrina", cuya última propietaria fue la actriz Elizabeth Taylor, regresa ahora a París, donde ya disfrutó de su belleza Napoleón III, y antes de su próxima venta en diciembre en Nueva York.
Como la de muchas joyas, la historia de esta pieza de la colección de la actriz estadounidense (1932-2010) es compleja y viajera, aunque estuvo durante ocho generaciones en poder de la casa real española.
"Es una perla impresionante. Se encontró en Panamá en 1579 y se llevó a Madrid. Fue adquirida por Felipe II y permaneció en la Corona de España durante ocho generaciones", comentó en la capital francesa Jonathan Rendell, vicepresidente de Christie's, la sala de subastas que la venderá.
"Fue pintada en un par de ocasiones por Velázquez y es un objeto extraordinario. Aún hoy es muy importante para la familia real española y es un símbolo de su poder", consideró Rendell durante una presentación de acceso limitado en París a esa y otras piezas de la colección Taylor.
"Cuando se descubrió era la perla más grande de todo el mundo", contó Rendell, quien recordó que de España se la llevó Jose Bonaparte, quien la trajo a París, donde ahora se exhibe en una estancia discreta en la profundidad de un sótano de Christie's en su sede próxima al Palacio del Elíseo.
En esta ciudad la heredó Napoleón III "y luego se vendió al Duque de Abercorn, que es una familia irlandesa, y estuvo en sus manos hasta 1914, cuando se le ofreció al rey Alfonso XIII, que declinó adquirirla porque ya había comprado una perla de gran tamaño para su esposa (la reina Victoria Eugenia) cuando se casaron", agregó.
Rendell resumió la historia reciente de "La Peregrina" en el siglo XX: "luego fue a Estados Unidos y se quedó allí y la compró Richard Burton a finales de los sesenta en una subasta por 37.000 dólares".
Nada que ver con lo que Christie's pretende obtener por la pieza, con una estimación de entre 2 y 3 millones de dólares.
Y eso lo justifica la casa de subastas "dado que las perlas naturales son tan increíblemente raras y por la importancia histórica que tiene esta", según Rendell, quien ya estuvo involucrado en la venta récord en París de la colección de Yves Saint-Laurent y Pierre Bergé, que se adjudicó por 342 millones de euros (unos 463 millones de dólares).
Taylor encontró inspiración en un retrato del siglo XVI para pedir a los joyeros de Cartier montar la perla en un collar de perlas naturales, rubíes y diamantes, que finalmente compuso Al Durante para destacar la belleza de la "perla más perfecta del mundo", como se la describe en el catálogo de venta.
"Creo que Elizabeth Taylor sabía absolutamente todo sobre esta perla y en realidad la llevó muy a menudo, no solo en privado, sino muy frecuentemente en películas, como por ejemplo en 'The Taming of the shrew'", el filme realizado en 1967 y basado en la obra de William Shakespeare del mismo título.
"Históricamente, es la pieza más importante", reconoció Rendell; "La única que rivaliza con ella, si hablamos de dinero, es el diamante Elizabeth Taylor, que tiene 33 quilates, es una gran piedra y la que más le gustaba".
Sale a la venta a partir de 2,5 millones de dólares.