Ricardo Darín promociona por estos días, "Truman", película de Cesc Gay sobre un enfermo terminal en la que "se usa la muerte como excusa para hablar de la vida".
La contención es clave en este drama salpicado de humor con el que el tándem que forma con Javier Cámara conquistó la Concha de Plata compartida a la mejor interpretación masculina durante el pasado Festival de San Sebastián.
"Puede que los hombres seamos un poco más pudorosos, pero yo no me quedo con las ganas de decir a mis amigos o familiares varones lo que siento por ellos. A lo mejor soy demasiado femenino, puede ser", señaló el actor argentino a un grupo de periodistas.
Según Darín, "controlar la emoción fue lo más complicado" en el rodaje de este cuarto largometraje de Cesc Gay, que cambia las calles de Barcelona por las de Madrid para contar qué sucede cuando "Tomás" (Cámara) vuelve desde Canadá para reencontrarse con su amigo de la infancia, "Julián" (Darín), que padece un cáncer incurable.
Muerte: la libertad de decidir
"El tema de la muerte es un disparador para hablar de cosas como la amistad, o cómo postergamos lo que amamos y vivimos la vida como si fuese a durar 400 años", afirma el protagonista de "El secreto de sus ojos".
"Lo que sí se plantea sobre la muerte es la libertad de decidir, que nadie te puede decir lo que tienes que hacer y que hay que estar en la piel del fulano para comprender", añadió.
Frente a la "valentía" con que su personaje afronta la enfermedad en "Truman", Javier Cámara pone el contrapunto de "tipo atemorizado al que le gustaría salir corriendo en cada momento", en palabras del actor español.
Pese a ello, permanece al lado de Julián durante cuatro días. "Lo más importante que he aprendido de este personaje es la importancia de escuchar para acompañar a alguien que afronta un diagnóstico terminal", explicó Cámara.
Aun sintiéndose "frágil y desnudo" en el rodaje, el español asegura que fue una experiencia "muy divertida", y que tras el grito de corten, ambos sacaban al payaso que llevan dentro.
Historia personal
El punto de partida del guión de "Truman" fue una experiencia personal del director hace años. "Escribí mucho cuando estuve en una situación de acompañar a un ser querido en un proceso de enfermedad. Dejé el material ahí y tiempo después lo retomé", contó Gay.
"Al principio no sabía cómo contarlo, porque el tema de la familia es complicado, y entonces pensé que con dos amigos sería más fácil, y que el humor ayudaría", añadió.
"Todo lo que tiene que ver con la muerte es muy extraño, desde ir a una funeraria a elegir un féretro a ver las reacciones de la gente ante un enfermo terminal. Hasta que no lo vives no das crédito y no siempre es dramático. A veces es cruel, a veces irónico. Me pareció un cóctel muy interesante", subraya.