Silencio al finalizar la primera proyección en el Festival de Cannes, con pequeñas protestas, de "Grace de Monaco", uno de los filmes más esperados de la 67 edición, que se abre hoy con esta historia protagonizada por Nicole Kidman.
Tras la polémica durante el proceso de producción de la película, con la familia Grimaldi abiertamente en contra de lo que consideran un filme basado "en referencias históricas erróneas y literarias dudosas", "Grace de Monaco" llegaba a Cannes rodeada de una enorme expectación.
Pero las expectativas no se han cumplido y un silencio sepulcral recibió este miércoles el fin de la película, con la sorpresa de los periodistas como nota dominante ante una historia mal construida, que se centra en apenas unos meses de la vida de Grace Kelly en Mónaco y que resulta pretenciosa, con un planteamiento estético demasiado rebuscado.
Aparte de las licencias históricas que el director francés Olivier Dahan se ha tomado, la película ha querido contar cómo un cuento de hadas -el de la boda de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco- se convierte en cruda realidad.
Pero lo hace de forma afectada y con una primacía de lo estético sobre el contenido de una película con un guión muy débil que incluso provocó algunas risas durante la proyección.
Ni siquiera Nicole Kidman logra, pese a su esfuerzo, dotar de credibilidad a un personaje al que le falta razones que justifiquen su comportamiento o su complicada relación con su marido.
Y eso que Dahan demostró como "La vida en rosa" ("La vie en rose") que es perfectamente capaz de enfrentarse a la historia de un personaje emblemático, como en aquel caso fue Edith Piaf.