Cristián Jiménez asocia cada película a un momento de su vida y "La voz en off", la tercera de su carrera, es fruto de un buen pasar. Un periodo que también coincide con la visita a un sicoanalista. Algo que, definitivamente, influyó a la hora de escribir el guión. "Creo que son cosas que están súper ligados a los temas de esta película. Es una película en el diván", dice.
Con cuarenta años en el cuerpo, el cineasta responsable de las cintas "Ilusiones ópticas" y "Bonsai", estrena este jueves su tercer trabajo como director en seis años. Una cinta que habla sobre los secretos de la vida familiar y los conflictos que se generan cuando no se dicen las cosas.
"Siempre me han gustado mucho las películas que tienen que ver con la vida familiar y hace tiempo que tenía ganas de hacer algo que fuera un poco en esta línea. Y por otro lado había hecho mi primera película, "Ilusiones ópticas', que tenía mucho que ver con la imagen, con la percepción y quería hacer una película que tuviera que ver con el sonido, con el dialogo y con el tema de hablar o no hablar ciertas cosas", comenta.
El tema que pone en el tapete la cinta, dice Jiménez, es muy actual. "Me parece que es un problema muy de nosotros, muy actual. Acá se trata de una familia, pero el problema de que haya cosas que están ocurriendo, se tapan y de pronto eso que está tapado aparece, y uno dice, chuta, en realidad siempre pensamos estábamos viviendo de una manera y estábamos viviendo de otra, es algo que ahora como sociedad nos está pasando en muchos niveles", comenta.
Para el realizador, "generalmente cuando hay cosas que se esconden, que no se ponen las palabras, esas cosas comienzan a generar perturbaciones o a veces dolor, incomodidad y es mucho más difícil entender por qué existen esas sensaciones o existen esos sentimientos. Cuando las cosas se hablan, incluso si es algo, latero, doloroso, incómodo, es mas fácil procesar esa experiencia e incorporarla como algo de la vida no más".
Episodios personales
"Sofía", interpretada por Ingrid Isensee, es una madre de 35 años, recién separada. Necesitada de paz tras la separación, decide iniciar un recreo tecnológico: nada de televisión, ni celular, ni internet por un año. Pero la paz no llega.
"Yo creo que a muchos nos pasa en este momento que hay tanta presencia de la tecnología y de los computadores, de los dispositivos móviles, que a veces estamos abrumados por los mensajes. Este personaje, de alguna forma, quiere hacer un recreo tecnológico y dice 'bueno, yo en este periodo no voy a comunicarme mas que a través de la relación cara a cara. Si alguien quiere decirme algo que venga y me lo diga'. Creo que es un impulso que a todos alguna vez nos ha dado. Nos dan ganas de dejar de tener Facebook, de tirar el celular por la ventana del auto y vivir en el presente no más. Algo que no se puede aunque uno tenga el impulso".
Jiménez asegura que "de la manera en la que trabajo todas las películas que hago siempre tienen un montón de cosas que son de uno y a veces no de las maneras más obvias. Por ejemplo, los personajes femeninos en la película tienen algunas cosas que son súper mías".
"Evidentemente aparecen un montón de cosas personales, en el guión aparecen algunos episodios de mi infancia traídos directamente", concluye.