El comienzo de un nuevo año es sinónimo para muchos de vacaciones, una de las épocas más esperadas por los chilenos, con virtudes y cualidades.
Durante enero y febrero se viven los momentos más entretenidos de la temporada, con el sol y el mar como protagonistas principales.
Es un periodo esperado para relajarse, pero no faltan las situaciones que hacen pasar malos ratos o que definitivamente se alejan de la entretención que cada uno anhela para no saber nada de trabajo, estudio y obligaciones, al menos por algunos días.
Así, no faltan los enojos cuando partiendo el paseo, nos topamos con un taco de aquellos y más encima nos suben el precio del peaje. Llegamos a la playa y cuando ya estamos "barriga al sol" empezando a relajarnos, alguien sacude su toalla encima de nuestra cara.
Tampoco faltan esos amigos que suben cientos de fotos de sus vacaciones a las redes sociales, con una cobertura al instante de cada detalle (divertido o aburrido) de su periplo, mientras tú te derrites en una oficina acalorada. O los eternos programas veraniegos y sosos de la TV, con personajes inventados y rutinas que generan más bostezos que diversión. Para qué hablar de la repetida nota playera del noticiero central, que podría ser la misma todos los años sin que nadie se diera cuenta.
Cuando gran parte de los chilenos comienzan o planifican sus vacaciones, te dejamos con 10 situaciones que no soportamos en este periodo de calor y supuesto asueto.
¿Cuál es el peor "fail"? ¿Te ha ocurrido alguna? ¿Falta otra?
Los tacos: uno de los momentos que más se esperan es salir de la ciudad y llegar pronto a destino. Sin embargo, nunca faltan esos tacos de dos, tres o más horas en la carretera que atentan contra todo optimismo inicial. Si más encima llevas un niño impaciente en el asiento trasero, todo puede desembocar en un verdadero infierno.
Notas playeras de la TV abierta: ya es habitual que los noticieros y matinales muestren lo que está ocurriendo en las playas de Chile, aunque al parecer los periodistas no se dan cuenta de lo ridículos que se ven de corbata en medio de la arena y de lo repetido que resulta ver todo el tiempo grandes traseros en bikini a toda pantalla. Un poquito de creatividad no vendría mal, colegas.
Bombardeo en Facebook: todos tenemos un amigo que durante el año nos detalla en las redes sociales todo lo que hace durante su jornada, minuto a minuto. Ok, podemos lidiar con eso. Pero, ¿es necesario subir 400 fotos iguales de tu lugar de relajo y contar cosas que no le interesan a nadie? En serio.
Programas veraniegos: si ya son desagradables las notas playeras, peores son los programas reciclados con una piscina, el humorista fome de turno y modelos argentinas que, se supone, deben divertirnos durante dos meses. Sopor.
Suben los precios: la información oficial es que los precios reales aparecen en estas fechas y que durante todo el resto del año estamos viviendo "rebajas", pero eso nadie lo cree. Los pasajes de bus, los peajes, estacionamientos, las bebidas y las picadas suben sus valores durante enero y febrero y no nos queda otra que meternos la manito al bolsillo si queremos cambiar de aire.
La arena en los ojos y otras partes del cuerpo: sol y brisa fresca constituyen un buen escenario para sentarse frente al mar, disfrutando de música, un libro o de jugar cartas con la familia. Lo malo es que nunca faltan los niños que pasan corriendo por encima tuyo tapándote de arena (o destruyendo el preciado castillo que tanto te costó construir) o la mamá que decide sacudir su toalla a diez centímetros de ti (la sobrepoblación de las playas en verano no ayuda). El resultado: la cara, el celular y la comida llenas de arena.
Giras de artistas obsoletos por balnearios: en verano estamos dispuestos a ser menos exigentes y por eso es el momento para que aquellos artistas que en el año no facturan mucho, realicen giras por los principales balnearios del país, con conciertos sólo atractivos para los nostálgicos.
Los ladrones: esto podría ser lo feo. Los amigos de lo ajeno están atentos a tus pasos y saben que la casa quedará sola. Por ello se aprovechan y pueden robar todo lo que encuentren, mientras tú disfrutas de un churro en la playa.
Las piscinas grasosas y repletas: nadie niega que las piscinas municipales son un excelente lugar para que la familia, y sobre todo los niños, disfruten sin necesidad de viajar kilómetros. Pero lo malo es que algunas personas no saben comportarse y dejan el agua llena de crema y uno que otro residuo corporal. La superficie con una gruesa capa de bloqueador y los cuerpos aceitosos imposibles de evadir no son un buen panorama en estas fechas.
Los kilos de más: churros con manjar, cuchiflíes, pan de huevo, palmeras y helados son irresistibles en la playa, pero la culpa viene después cuando se vuelve a la normalidad y el peso no es el mismo con el que comenzaste las vacaciones. Ese nuevo "rollito" en la cintura te acusa sin piedad.
Bonus:
Todos están de vacaciones, menos tú: Eso es lo más insoportable que puede haber en este periodo. Tú frente a un computador mientras otros se tiran "piqueros" o recorren el país de norte a sur. Nuestra solidaridad para todos ellos.