Con una misa en la parroquia del "Cristo Rey" en La Habana, familiares, allegados y amigos de la desaparecida cantante cubana exiliada Celia Cruz recordaron el pasado viernes el primer año de su muerte.
El párroco de la iglesia, el padre José Baldrich, recordó a Cruz como "una persona especial" y fiel representante de la cubanía y para quien "la música fue la oportunidad de universalizar los ritmos cubanos".
Luego de exaltar las virtudes de su fe como devota de la Virgen de la Caridad del Cobre -patrona de los católicos cubanos-, el sacerdote dijo que ella fue "un exponente de la caridad" en favor de los enfermos y las personas necesitadas, así como de la fidelidad "a
la familia y el matrimonio".
"Queremos rendirle tributo como a una ciudadana de honor, con humildad y mucho amor, por una razón espiritual y familiar", señaló, al tiempo que rememoró la época en la que la "Reina de la Salsa" vivió en el porpular barrio habanero de Lawton, donde construyó una casa a su familia.
Como coincidencia subrayó que Ursula Celia de la Caridad Cruz Alfonso -conocida por el nombre artístico de Celia Cruz- salió de Cuba el 16 de julio de 1960 para cumplir unos contratos en México, y después partió a Estados Unidos, donde se radicó hasta su muerte sin regresar nunca más a la isla.
Conocida mundialmente como "La Guarachera de Cuba" o la "Reina de la Salsa", Celia Cruz murió en su casa en Nueva Jersey (Estados Unidos), víctima de un tumor cerebral, tras desarrollar una larga y triunfal carrera artística que había iniciado en la isla como la voz de conocidas orquestas como la "Sonora Matancera".
"Celia tenía una manera peculiar de expresar la alegría, la simpatía y trató de ponerle dulzura a la vida con su ¡Azúcar!", comentó el párroco.
Una foto en la que la artista aparecía vestida de negro y con una de sus famosas pelucas rubias, con una dedicatoria, se encontraba colocada sobre una mesa en el altar junto a velas y flores.
Al final de la misa, los asistentes dieron vivas a Celia Cruz y entonaron algunas estrofas de canciones que popularizó como el pregón de "El yerberito" y "La vida es un carnaval".
Sus familiares también facilitaron fotos de otras etapas de su vida que estaban colgadas en el corredor anterior al salón donde tuvo lugar el oficio religioso al que asistió su hermana Dolores, y sus primas Georgina y Mercedes Figueras Alfonso y su sobrina-nieta Yardis García.
Dolores, la única hermana de Celia que queda viva en Cuba dijo que la recuerda "muy alegre, como era ella".
Mercedes Figueras no volvió a verla en más de cuarenta años, pero asegura que para ella "más que prima fue una hermana y hoy es un día triste pero también alegre porque pienso que ella debe estar entre los grandes músicos cubanos ya fallecidos como Chano Pozo, Beny Moré y Arsenio Rodríguez". (EFE)