Bajo amenazas de las autoridades, la controversial cantante norteamericana Ke$ha se vio en la obligación de suspender el concierto que ya tenía fecha programada en Malasia.
El organizador del evento, Jason Kong de Livescape, confirmó la cancelación del show y afirmó que la decisión había sido conversada con la artista.
"Para ser clara. Yo no cancelé. No me dejaron actuar. Yo estaba dispuesta a actuar en cualquier caso y me amenazaron con la cárcel", escribió la cantante en su cuenta oficial de Twitter.
Por su parte, fue el mismo Kong quien desmintió las declaraciones de Ke$sha, señalando que "yo no sé de dónde salió la parte de la cárcel. No creo que nadie del Gobierno hablara con ella".
Situaciones similares ya se han vivido en Malasia, país en su mayoría musulmano, donde las autoridades han cancelado diversos conciertos que consideraron un ataque a la cultura nacional.
De esta forma, espectáculos de Gwen Stefani y Black Eyed Peas fueron modificados para presentarse en el vetado país.