La formación histórica, liderada por Ozzy Osbourne, se presentó la noche del viernes en el Estadio Monumental.
Más de 45 mil personas disfrutaron de éxitos como "Iron Man", "N.I.B." y "Paranoid".
Más de 45 mil personas fueron testigos del retorno a Chile de Black Sabbath, el conjunto inglés ícono del heavy metal que contó esta vez con parte de su formación histórica sobre el escenario en el Estadio Monumental.
La banda de Birmingham, con los estadounidenses Megadeth como número invitado, pusieron el punto final a una de las semanas más potentes que se recuerde en la cartelera local, con Alice in Chains en Movistar Arena el lunes y Iron Maiden junto a Slayer en el Estadio Nacional el miércoles.
A diferencia de su debut en 1994, esta vez Black Sabbath llegó hasta el recinto de Macul con Ozzy Osbourne a la cabeza, junto al guitarrista Tony Iommi y el bajista Geezer Butler, tres de los miembros originales, acompañados por el baterista Tommy Clufetos, quien reemplazó a Bill Ward tras desacuerdos con su gira de reunión.
El regreso de Megadeth
La jornada la abrió Megadeth a las 20:00 horas mientras en las afueras el público se agolpaba en los diferentes accesos, provocando en algunos momentos dificultades a la hora de ingresar al estadio.
"Hangar 18" y "Wake Up Dead" fueron los temas que dieron inicio a la undécima presentación del conjunto liderado por Dave Mustaine en el país.
Con 40 mil asistentes, los californianos repasaron parte de su trayectoria, donde no faltaron canciones como "Sweating Bullets", "Tornado of Souls" y "Peace Sells", ademàs de "Symphony of Destruction", avivada por el público con el clásico grito "¡Aguante, Megadeth!".
Un Mustaine agradeciendo en español y aplicando el método de hacer competir a ambas mitades del público por quién alentaba más fueron parte de los momentos del concierto de Megadeth que rozó los 60 minutos, y que finalizó con "Holy Wars... The Punishment Due".
La vigencia de Black Sabbath
Mientras un telón negro cubría el escenario, y a 10 minutos de lo programado, Black Sabbath apareció en el escenario bajo el sonido de las sirenas y con "War Pigs" como puntapié inicial del show que a esa altura ya contaba con las más de 45 mil personas que habían agotado las entradas en las horas previas.
Con un activo Osbourne y un inspirado Iommi, el conjunto inglés regaló incesantemente canciones como "Into the Void" y "Under the Sun", que junto a las bengalas encendidas en el público entregaron una postal que reflejó aquella oscuridad y ambiente tétrico que ha desarrollado la banda por más de 40 años.
El vocalista no desperdició ningún momento para interactuar con el público y constantemente pidió alentar con el "Olé, olé", junto con presentar cada canción. Así, pasaron temas como "Black Sabbath", "N.I.B." y "Fairies Wear Boots", además de "Age of Reason", "End of Beginning" y "God is Dead?", parte de su más reciente álbum '13', editado en junio pasado.
La última parte del show contó con un espectacular solo de batería de Clufetos de casi cinco minutos, seguido por "Iron Man", una de las canciones más aclamadas de la noche. "Children of the Grave" fue la encargada de llevar al conjunto a un descanso para luego volver al escenario y terminar definitivamente con su éxito "Paranoid", que se llevó los aplausos finales de los miles de fanáticos presentes.
En poco más de 90 minutos, Black Sabbath mostró vigencia y una calidad intacta, pese a que sus tres miembros principales superan los 60 años. Por ahora la banda inglesa seguirá su recorrido por Latinoamérica, concretando durante las próxima semanas conciertos en Argentina, Brasil , Colombia, Costa Rica y México.
