Una nueva biografía no oficial sobre el cantante británico George Michael ahonda en los tumultuosos años que precedieron su muerte, caracterizados por la persistencia de comportamientos erráticos, así como la limítrofe búsqueda del placer.
Titulada "George Michael: One Life" (Una vida), su autor, James Gavin, recapituló que en doce años, el exlíder de Wham! fue detenido un total de siete veces. En un club fue abordado por la policía en 2008 y descubierto con crack y marihuana a su disposición y meses después protagonizó un accidente de tránsito.
"Lo encontraron "empapado de sudor" con "los ojos abiertos y las pupilas dilatadas", anotó sobre el músico, antes de ser condenado a cuatro semanas en prisión, además de describir sus hábitos diaros, que tenían que ver con el uso narcóticos potentes así como menos nocivos.
"Dormía hasta media tarde y luego se mantenía drogado con hierba durante casi todo el tiempo que estaba despierto", además de asegurar que el músico "organizaba encuentros con GHB (éxtasis líquido)", droga que utilizaba de la mano con tales salidas.
El autor aseveró que tal sustancia, suministrada por su pareja de nueva años, el actor de cine porno Paul Stag "le dio confianza" en los clubes de cruising gay. "Pero también le llevó a un nuevo y aterrador nivel de autodestrucción. El GHB es más adictivo que la metanfetamina, y más arriesgado en todas sus variedades", aclaró Gavin.
En 2014 y dos años antes de su muerte, fue ingresado a rehabilitación tras haber sido encontrado inconsciente en una tina tras sufrir de sobredosis. El año de su deceso regresó a su casa, pero los viejos hábitos volvieron. Finalmente falleció en una cena de Navidad por una cardiopatía dilatada con miocarditis