Cual juglar moderno, Jorge Drexler se plantó frente a un repleto Teatro Caupolicán para dar rienda suelta a su labia en un espectáculo donde suplió con ganas y energía algunos problemas en sus cuerdas vocales.
El cantautor inició sus casi dos horas y media de concierto con el tema "Todos a sus puestos", en un repertorio en el que también sonaron "Cerca del mar", "La edad del cielo", además de "Guitarra y vos".
Allí aprovechó para improvisar frases cantadas como "Que viva la educación pública", entre aplausos de los presentes en la sala capitalina a quienes recalcó que no seguir ese camino es tener pan para hoy y pan duro para mañana.
Ya sea acompañado por ocho músicos, o solamente premunido de una guitarra, hizo gala de su magnetismo entre quienes se detienen a analizar sus letras.
Prueba de ello fue la interacción que tuvo su relato sobre el descubrimiento de luciérnagas marinas en una noche de playa, tema que plasmó en una composición escrita luego, pensando en su hijo.
Fue así que "Noctiluca" no pasó desapercibida para el público, algunos de los cuales echaron mano a sus celulares para responder a su mirada luminosa de la vida.
Rap y décimas
Drexler es un hombre que sabe que galardones como el premio Oscar y quien ha conquistado a miles de seguidores en todo el mundo, y quizás por lo mismo sus intereses están alejados de la envidia o la rivalidad.
Lejos de ello su espíritu colaborador lo ha llevado a ha dar tribuna a artistas de otros países, en el caso de su nueva visita a Chile al local Javier Barría, poco conocido para el grueso de la gente, pero no por ello carente de talento.
El chieno fue el encargado de oficiar telonero mientras el público recién buscaba sus ubicaciones en el Teatro Caupolicán. Su revancha vino más tarde, ya avanzada la noche cuando Drexler se lo topó detrás del escenario en uno de los tantos bis del uruguayo, y no dudó en invitarlo a improvisar un repertorio.
Lo que les nació sobre la marcha fue I"f I feel" de The Beatles, y la experiencia resultó tan gratificante para el músico, que no dejó partir al chileno de su lado sin cantar más temas, entre ellos Corazón vagabundo de Caetano Veloso.
Pero mucho antes de él, Drexler había interactuado de manera notable con Ana Tijoux, con quien grabó la canción "Sacar la voz" para el disco que "La bala", que aún no ve la luz.
Lo suyo fue un enjambre de rimas, rap y décimas, con la banda completa al servicio de un tema que dará que hablar tanto por su buena letra como por su melodía.
El tener las cuerdas vocales limitadas tal vez fue el causante de que Jorge Drexler no repitiera en Chile el mismo show de otros países y se inclinara más por composiciones en guitarra acústica, aunque sin dejar de lado temas como "Todo se transforma", "Soledad", y "Sea," a esas alturas con un Caupolicán de pie y tratando de acercarse al artista que se tomó de buena forma el cariño que le expresaban sus fans en regalos, manos estiradas o besos en la mejilla.