La ex secretaria de Adam Clayton, bajista del grupo irlandés U2, fue condenada este viernes por un tribunal de Dublín a siete años de cárcel por robar más de 3,5 millones de dólares (unos mil 700 millones de pesos) de las cuentas bancarias del conocido músico.
Carol Hawkins, de 48 años, había sido declarada culpable la pasada semana de 181 cargos presentados contra ella por la defensa de Clayton relacionados con la sustracción de 2,8 millones de euros entre 2004 y 2008.
"Francamente, solo la codicia como motivación para llevar un estilo de vida lujoso puede explicar la magnitud de este acto de deslealtad", dijo al leer su sentencia el juez instructor, Patrick McCartan.
La severidad de la pena impuesta, explicó el magistrado, responde al hecho de que la acusada, a pesar de las pruebas, mantuvo en todo momento durante el juicio su inocencia, con lo que dejaba entrever que el dinero que robó "la pertenecía".
En este sentido, McCartan dudó de que Hawkins esté arrepentida y sugirió que si volviera a verse en una situación parecida, la condenada podría volver a delinquir.
"Estos son delitos provocados por la codicia y nada más. Importa muy poco si fue muy lista o muy tonta", añadió el juez, quien, por contra, describió a Clayton como un "buen patrón, atento y compasivo, que ofreció a la acusada una segunda oportunidad".
Durante el juicio se supo que Hawkins se ganó la "total confianza" del músico, hasta el punto de figurar como firmante en dos de sus cuentas, lo que aprovechó para expedir durante cuatro años 181 cheques bancarios y desviar importantes cantidades de dinero a sus propias cuentas.
La alarma saltó en 2008, cuando se vio obligada a confesar a Clayton que había reservado a través de una de esas cuentas conjuntas viajes a Nueva York y Londres para visitar a sus dos hijos por un valor de 15.000 euros.
Investigaciones posteriores revelaron que Hawkins llegó a comprar con el dinero de la estrella de U2 22 caballos de carreras, lujosas vacaciones, ropa y calzado de diseño y hasta un Volkswagen Golf para uno de sus hijos, a los que también pagó cursos de moda y cinematografía a su costa.
La acusada comenzó a trabajar en 1992 como empleada del hogar en una de las mansiones dublinesas de Clayton, quien la convirtió después en su secretaria personal, mientras que su entonces marido desempeñaba tareas de chofer y cocinero.
La pareja recibía un salario conjunto de casi 50.000 euros anuales y vivía gratis en casa del músico, pero tras su separación en 2007 Clayton mantuvo la paga completa para Hawkins.