La actriz recordó potentes anécdotas de su querida "Ita" durante su infancia.
A los 102 años falleció la ex primera dama, Leonor Oyarzún, mientras que su nieta, la actriz nacional Paz Bascuñán, dedicó unas sentidas palabras en su memoria.
A través de una publicación en su cuenta de Instagram, Bascuñán escribió un emocionante obituario en el que primero, comenzó comentando una anédota sobre el impacto que le produjo el ser consciente, por primera vez, de que ella no sería eterna.
"Hace años me di cuenta que las manos de mi abuela empezaban a envejecer... era chica y sentí por primera vez lo que era el miedo", introdujo la intérprete de "Soltera Otra Vez" sobre su "Ita", a quien catalogó de "reina, matriarca, madre, sólida, distinguida, gozadora, elegante y gigante".
Fue tal el impacto para ella que "imaginaba entonces que la tierra se iba a abrir y que íbamos a desaparecer todos con ella, porque el mundo sin mi abuela no es posible", escribió.
La actriz recordó los momentos en "su casa sólida, donde le gustaba "destapar la olla para ver que se está cocinando" y "donde le "resultaba" dormir siesta: Acurrucada. El único número de teléfono que me se, su jardín, su presencia", relató.
Sin embargo, Bascuñán recalcó una frase que Oyarzún le dijo la Navidad pasada y a la que Paz se ha intentado aferrar ahora que su querida familiar ya no está: "La vida sigue y hay que saber adaptarse a ella", rememoró.
"Es el fin de una manera de existir... pero esta mañana igual ha amanecido, igual las flores de su jardín están radiantes, igual me levanto con mi familia para despedirte, amada abuela. La vida sigue y yo te llevaré conmigo para siempre", finalizó en la dedicatoria.
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