En una sincera entrevista, el líder de Megadeth, Dave Mustaine, reflexionó acerca de la época en la que sus excompañeros James Hetfield y Lars Ulrich lo dieron de baja de Metallica, la que estuvo marcada por excesos y comportamientos erráticos por parte del músico.
Corría el año 1983 cuando Hetfield lo fue a dejar al terminal de buses y le compró un pasaje de ida hacia Los Ángeles, no de vuelta, para posteriormente ser reemplazado por Kirk Hammett. El resto ya es historia: sin esa expulsión, Mustaine no habría fundado Megadeth, banda que dio la fama mundial.
Según él, el momento que lo cambió todo fue cuando protagonizó un accidente de tránsito, mientras conducía de vuelta a L.A.
"Creo que ese choque en Wyoming hizo que me tuviera que ir. Y no lo sé. Probablemente estaba destinado a irme y por el hecho que había mucho talento y mucha personalidad entre nosotros cuatro", afirmó el músico.
"No sé si podríamos haber sobrevivido. Iba a ocurrir una explosión en algún punto", se sinceró.
El líder de Megadeth –quien se desempeñaba como guitarrista en ese entonces– provocaba desmanes cada vez que se emborrachaba, siendo en algún punto una situación insostenible para sus compañeros.
Para Mustaine, el alejarse de su grupo original produjo en él sentimientos encontrados.
Casi cuarenta años después del incidente, además manifestó sentirse satisfecho con la relación que mantiene con los miembros de su antigua banda. "Estoy contento de que nuestra amistad ahora es mucho más diferente que desde ese momento, esos días, esos tiempos, esa gente", afirmó.
"Somos todos diferentes. Somos padres. Estamos más viejos. Y creo que probablemente, lo más chocante y lo más duro de aceptar es que al final, cuando la banda paró, sentí que de cierta forma yo había parado", reflexionó.
"Sé que eso no es verdad. Pero yo era demasiado joven para pensar. No tenía mentores, no había nadie en mi vida diciendome 'vas a salir de esto, y vas a estar más feliz por eso'", expresó Dave Mustaine.