Saldrá del tratamiento a principios de agosto.
Luego se mantendrá alejada de la ciudad de Los Ángeles.
Quiere alejarse de Los Ángeles y Nueva York.
Tras pasar algunas semanas en rehabilitación, la actriz estadounidense Lindsay Lohan está tomando en serio el programa de 12 pasos: dejó de ingerir el medicamento "adderall" y espera mantenerse alejada de las "malas juntas" apenas salga del encierro en agosto próximo.
La actriz no estaba de acuerdo con que se le suspendiera el consumo de la sustancia, pero finalmente terminó cediendo y ahora se encuentra libre de cualquier tipo de adicción.
Según publicó el sitio TMZ, fuentes cercanas a la intérprete aseguran que "está muerta de miedo de recaer", por lo que cuando ponga un pie fuera del centro, a principios de agosto, se trasladará a vivir a otra ciudad de Estados Unidos, alejada de los paparazzis y de las malas influencias.
La fuente citada por el sitio, asegura que la actriz "ahora se da cuenta de que ha sido impotente a la hora combatir sus adicciones y dice que ciudades como Nueva York y Los Ángeles sólo alimentan sus demonios".
