Tras cumplir las medidas cautelares, el músico sería declarado inocente.
Actualmente se encuentra en rehabilitación por consumo de cocaína.
El músico nacional Camilo Castaldi, conocido en el ambiente artístico como Tea Time, logró este viernes la suspensión condicional del procedimiento judicial que lo apuntaba como culpable de violencia doméstica contra su ex pareja Valentina Henríquez.
"Es una salida alternativa al juicio que no significa ni declaración de culpabilidad por parte del tribunal ni aceptación de responsabilidad por el imputado. Una vez cumplidas las condiciones, Camilo sale inocente de este proceso", afirmó a LUN el abogado del músico, Marcos Contreras.
El mismo profesional explica las medidas cautelares que debe respetar el ex Los Tetas: "Prohibición de acercarse a la querellante por dos años, fijar domicilio, que es avisarle al tribunal si se cambia de casa, y la realización de un acto artístico en un colegio para niños en riesgo social o una actividad formativa, eso está por verse. La fiscalía va a gestionar dónde se hace y lo va a determinar junto con nosotros".
Actualmente, Castaldi vive junto a su madre. Además de la rehabilitación por drogas, Camilo ocupa su tiempo escribiendo dos libros: uno de ficción y una autobiografía. En conversación con La Tercera, aseguró que lo más difícil de enfrentar ha sido el juicio público.
"Me convertí en el símbolo del maltrato a las mujeres en Chile, mi banda sacó un comunicado que algunos criticaron duramente, pero tenía ese tono en que no me condenaban porque ellos que eran mis amigos sabían de esta relación tormentosa que yo tenía. La presión hizo que, de inmediato, me expulsaran... era lo que correspondía, pero era innegable que ante este linchamiento público pocos querían aparecer defendiéndome, pese a que mis amigos saben que no soy violento. Soy muchas cosas, pero nunca habría dejado a alguien así, menos a ella y ella lo sabe", agregó el rapero.
En cuanto al consumo de cocaína, Castaldi es enfático: "Era muy adicto a la droga y la relación era muy tóxica. Ella se desesperaba por mi adicción y ella no sabía cómo reaccionar frente a eso. Se desesperaba y descontrolaba".
"Me arrepiento de esas situaciones. Esa frontera que crucé es mi vergüenza. Para mí todo eso mirado desde hoy, es haber llegado demasiado lejos al haber seguido una relación que tenía que llegar a su fin mucho antes. Toda la gente alrededor me lo dijo, pero yo estaba ciego en ese momento y profundamente enamorado. Llegamos a un extremo en el que por ley no podemos acercarnos. En las terapias he comprendido que los adictos hacen sufrir a todo su entorno, a sus familiares, se alejan de sus amigos y causan mucho dolor a la gente que los quiere", sentenció.
