El casting se hizo en todo el país y no fueron pocas las mujeres que inscribieron a sus maridos: infieles, celosos, machistas o con el síndrome de Peter Pan. Pero finalmente fueron ocho los elegidos para entrar en la "Escuela de maridos".
El nuevo programa de Chilevisión se estrena la noche de este lunes a las 23:30 horas y tiene a Eva Gómez de "coordinadora académica", Camila Andrade como "inspectora" y a Julio César Rodríguez como "director de la escuela", además de la sicóloga Alexandra Vidal, que apoyará en las terapias de pareja.
El productor ejecutivo del docureality, Carlos Valencia, aseguró a Cooperativa que "la idea es que el teleespectador se sienta identificado con al menos un rasgo de alguna de las parejas que está participando, para que la señora le diga 'tu eres igual de celoso que ese que está en 'Escuela para maridos'".
"Nos llegó mucha gente al casting, nosotros hicimos un llamado por televisión y además los fuimos a buscar a lugares y llegamos a la conclusión de que en Chile los maridos son muy malos y lo difícil fue elegir cuáles ocho quedaban, pero de que hay malos maridos en Chile, los hay", dijo.
"Escuela para maridos" es un formato internacional del canal Fox Play y la versión chilena se convertirá en la primera de este programa en ser emitida en un canal abierto.
Según Valencia, entre los formatos internacionales que importan "hay de todo, 'Talento chileno', se compró la licencia y funcionó de manera maravillosa y hay otros que no han resultado tanto".
"En este caso nosotros le hicimos hartos cambios al formato original, el formato original tiene 10 capítulos, nosotros estamos haciendo cerca de 20, entonces tuvimos que poner hartas dinámicas y hartos ejercicios de clases que son producción nuestra".
Los participantes
Freddy Arenas, 44 años, feriante, Puente Alto:
La última vez que Freddy desapareció de su casa, lo hizo por 11 días. Apagó el celular y nunca se comunicó con Carolina, su esposa. Él asegura que estaba pescando. Nadie le cree. Tan frecuentes como sus desapariciones son los piropos con los que día a día atiende a sus caseras en la feria y en La Vega. Carolina asegura que es el hombre más lacho que ha conocido en su vida. "Mientras no me pille, todo bien" dice Freddy. Un cambio radical y urgente necesita para salvar esta relación de seis años.
Nicolás Jurado, 28 años, microempresario, Santiago Centro:
Nadie entiende cómo Nicolás Jurado, un joven empresario venido a menos, puede estar con Nadina Turani, curvilínea modelo argentina. Apenas se conocieron sufrieron un grave accidente automovilístico por culpa de los excesos de Nicolás. Durante los meses de rehabilitación de Nadina, la relación se consolidó. Pero la realidad que le presentó Nicolás ya no es tal, así como tampoco el Porsche que chocó. A pesar de los años que viven juntos se rehúsa a conocer a la familia de esta argentina porque encuentra que el pueblo natal de ella es aburrido y no tiene ningún centro comercial.
Fernando Piñeiro, 34 años, comerciante, Santiago Centro:
De transar valores en la bolsa norteamericana a vender chocolates en la calle, para Fernando los últimos años han sido una caída en picada. Con una nube negra sobre la cabeza, sin un peso en los bolsillos y el ánimo por los pies, deambula vendiendo por Santiago junto Giselle, su pareja, quién ya no aguanta la actitud negativa de Fernando. Su relación pende de un hilo. Giselle necesita de vuelta a ese hombre que algún día la cautivó, un Fernando activo, pujante y galán.
Esteban Martínez, 28 años, enfierrador, San Miguel:
Pese a que su mujer, Francisca, es striper y trabaja en un club nocturno, los celos han vuelto a Esteban una persona obsesiva y posesiva, casi al borde de la locura, tanto así que incluso fue capaz de pagarle a un amigo para que tratara de acostarse con su mujer. Esteban no es capaz de aceptar que otros miren a su señora en la calle, que la llamen a altas horas de la noche y que se vista con ropa ajustada. Su único deseo es que cambie de trabajo, pero como ella gana cuatro veces más que él, pareciera no tener solución.
Fernando Llanos, 36 años, paramédico, Santiago Centro:
Fernando es un hombre grosero y completamente impulsivo, de actuar violento e indolente. Vanessa, cansada de su actitud, está muy preocupada del ejemplo que le da a sus hijos y le ruega diariamente que se comporte como corresponde a un padre de familia. Pero Fernando, rockero de la vieja escuela, es un hueso duro de roer y tiene trapos sucios.Vanessa tiene sospechas fundadas de que Fernando la engaña, pero no de la forma tradicional, si no virtualmente a través de internet y con más de una mujer.
Víctor Loyola, 34 años, ex futbolista profesional, Huechuraba:
Víctor, lejos de ser el hombre fuerte de la casa se convirtió en un hijo más para Denisse, su pareja desde hace ya 18 años. Inmaduro a un nivel extremo, dedica su tiempo libre a videojuegos en línea con sus alumnos de la escuela de fútbol. Cuando no puede ocupar la consola, el celular se convierte en su mejor compañero para saciar sus ganas de jugar. Son tantas las horas que le dedica a los videojuegos que es un cero a la izquierda a la hora de ayudar con los quehaceres de la casa y tampoco se da el tiempo para estudiar con sus hijos, dejando toda esta responsabilidad en manos de su esposa. Denisse, cansada de ser la esclava de su casa no está dispuesta a seguir aceptando este comportamiento.
Francisco Acuña, 32 años, microempresario, Linares:
Durante seis meses Francisco le contó a Nidia, su mujer, que estaba en clases nocturnas en un instituto. Era mentira. La engañaba con una vecina. A duras penas Nidia logró perdonarlo, pero hay cosas que ya no soporta, que no la deje salir con sus amigas, que le exija el almuerzo servido cuando llega, que le deje sólo dos mil pesos para la mercadería y que no se preocupe de ella sexualmente. Al borde de la separación y con muchas más penas que alegrías en su relación.
Damián Cantale, 30 años, vedetto, Santiago Centro:
Argentino, vedetto, de 1.80 metros, musculoso y adicto al sexo, Damián tiene todo para ser un macho alfa, pero su inseguridad lo lleva a ser celópata. Macarena, abogada, está cansada de las numeritos que tiene que vivir por su culpa, incluso la acompaña hasta su trabajo para que nadie la mire. Los celos llegan a tal extremo que Macarena no puede entrar al baño con su teléfono y cada vez que ella llega a la casa la revisa de pies a cabeza al punto de oler su ropa. Según el trasandino son las experiencias vividas en su trabajo como vedetto lo que lo ha llevado a desconfiar de las mujeres, según él, son todas iguales.